
Los viajeros de negocios enfrentaron un inicio complicado del fin de semana el 15 de noviembre, tras una combinación perfecta de niebla helada, escasez de líquidos anticongelantes y enfermedades en la tripulación que provocaron la cancelación de 41 vuelos y casi 860 retrasos en los seis aeropuertos más grandes de Alemania. Datos en tiempo real recopilados por la firma de análisis aeronáuticos Cirium y publicados por Travel and Tour World muestran que Lufthansa soportó la mayor parte de la interrupción, seguida por KLM y SAS.
Frankfurt registró el mayor impacto, con retrasos promedio en salidas de 73 minutos y 18 cancelaciones totales, incluyendo dos vuelos transatlánticos. Múnich, Hamburgo, Düsseldorf, Berlín Brandenburg y Stuttgart también reportaron demoras significativas, lo que obligó a las aerolíneas a emitir exenciones generales en las tarifas por cambios. Los contratistas de manejo en tierra atribuyeron la situación a niveles de bajas por enfermedad de hasta el 18 %, debido a una ola de gripe estacional que afectó al personal.
Por qué importa – Este episodio es un recordatorio contundente de que el ecosistema aeronáutico alemán sigue siendo frágil a pesar de un verano con volúmenes récord de pasajeros. Para los gestores de movilidad global, la tarea inmediata es reubicar al personal varado y supervisar las obligaciones de cuidado, pero la preocupación a medio plazo es la capacidad: varios aeropuertos operan con plantillas muy por debajo de los niveles previos a la pandemia, lo que aumenta el riesgo de interrupciones repetidas durante el pico de diciembre.
Consejos prácticos – Las empresas deberían:
1. Recomendar a los viajeros que incluyan un margen de tiempo más amplio dentro del espacio Schengen en sus agendas;
2. Activar temprano las líneas directas de cuentas corporativas de las aerolíneas para asegurar los escasos asientos; y
3. Recordar al personal que los vales de tren siguen siendo una opción para tramos nacionales cuando Lufthansa cancela vuelos.
Frankfurt registró el mayor impacto, con retrasos promedio en salidas de 73 minutos y 18 cancelaciones totales, incluyendo dos vuelos transatlánticos. Múnich, Hamburgo, Düsseldorf, Berlín Brandenburg y Stuttgart también reportaron demoras significativas, lo que obligó a las aerolíneas a emitir exenciones generales en las tarifas por cambios. Los contratistas de manejo en tierra atribuyeron la situación a niveles de bajas por enfermedad de hasta el 18 %, debido a una ola de gripe estacional que afectó al personal.
Por qué importa – Este episodio es un recordatorio contundente de que el ecosistema aeronáutico alemán sigue siendo frágil a pesar de un verano con volúmenes récord de pasajeros. Para los gestores de movilidad global, la tarea inmediata es reubicar al personal varado y supervisar las obligaciones de cuidado, pero la preocupación a medio plazo es la capacidad: varios aeropuertos operan con plantillas muy por debajo de los niveles previos a la pandemia, lo que aumenta el riesgo de interrupciones repetidas durante el pico de diciembre.
Consejos prácticos – Las empresas deberían:
1. Recomendar a los viajeros que incluyan un margen de tiempo más amplio dentro del espacio Schengen en sus agendas;
2. Activar temprano las líneas directas de cuentas corporativas de las aerolíneas para asegurar los escasos asientos; y
3. Recordar al personal que los vales de tren siguen siendo una opción para tramos nacionales cuando Lufthansa cancela vuelos.








