
El boletín trimestral de migración del Ministerio del Interior de la República Checa, publicado el 15 de noviembre de 2025, confirma que el país alberga ahora un récord de 1.107.403 extranjeros con residencia legal. Esto supone 15.994 más que hace tres meses y más de 28.000 en comparación con el año anterior. Estas cifras indican que el 10,2 % de la población checa es ahora nacida en el extranjero, o aproximadamente 102 residentes por cada 1.000 habitantes.
Detrás de este dato se esconde una profunda transformación de la sociedad checa y su mercado laboral. Más de la mitad de los residentes extranjeros —593.922 personas— son ciudadanos ucranianos beneficiarios de la Directiva de Protección Temporal de la UE, activada tras la invasión rusa de Ucrania. Los titulares de protección temporal (389.309 personas) representan ahora más de un tercio de todos los residentes extranjeros. El informe también señala 327.214 titulares de permisos de residencia temporal y 390.880 con residencia permanente.
Praga sigue siendo el principal imán, concentrando el 32,5 % de todos los extranjeros, seguida por la región de Bohemia Central (14,5 %). En el extremo opuesto, Zlín alberga solo al 2,4 % de su población como extranjeros. Además de los ucranianos, las comunidades más numerosas son eslovacos (124.470), vietnamitas (69.413) y rusos (37.631). Los datos confirman la creciente importancia de los nacionales de terceros países (79 % del total), subrayando la dependencia de las empresas en mano de obra no comunitaria para cubrir puestos en manufactura, logística y tecnología de la información.
Para los empleadores, estas estadísticas tienen dos implicaciones inmediatas. Primero, la ampliación del grupo de posibles reclutas con acceso pleno al mercado laboral bajo protección temporal facilita la cobertura de vacantes en puestos de nivel inicial y semi-cualificados. Segundo, el aumento constante de residentes permanentes —casi 391.000— indica que la integración de migrantes se está convirtiendo en una prioridad política a largo plazo. Por ello, los departamentos de recursos humanos deben prepararse para una mayor aplicación de la legislación laboral (las nuevas normas de reporte previo al empleo entraron en vigor el 1 de octubre) y un incremento en las auditorías de cumplimiento.
Desde la perspectiva de las políticas públicas, estas cifras serán clave en las negociaciones de Praga con Bruselas para obtener alivios frente a las próximas "contribuciones de solidaridad" bajo el pacto migratorio de la UE. El gobierno argumenta que, al acoger a una de las mayores poblaciones de refugiados de la Unión, debería estar exento de pagos adicionales, un argumento que probablemente gane fuerza con los datos más recientes.
Detrás de este dato se esconde una profunda transformación de la sociedad checa y su mercado laboral. Más de la mitad de los residentes extranjeros —593.922 personas— son ciudadanos ucranianos beneficiarios de la Directiva de Protección Temporal de la UE, activada tras la invasión rusa de Ucrania. Los titulares de protección temporal (389.309 personas) representan ahora más de un tercio de todos los residentes extranjeros. El informe también señala 327.214 titulares de permisos de residencia temporal y 390.880 con residencia permanente.
Praga sigue siendo el principal imán, concentrando el 32,5 % de todos los extranjeros, seguida por la región de Bohemia Central (14,5 %). En el extremo opuesto, Zlín alberga solo al 2,4 % de su población como extranjeros. Además de los ucranianos, las comunidades más numerosas son eslovacos (124.470), vietnamitas (69.413) y rusos (37.631). Los datos confirman la creciente importancia de los nacionales de terceros países (79 % del total), subrayando la dependencia de las empresas en mano de obra no comunitaria para cubrir puestos en manufactura, logística y tecnología de la información.
Para los empleadores, estas estadísticas tienen dos implicaciones inmediatas. Primero, la ampliación del grupo de posibles reclutas con acceso pleno al mercado laboral bajo protección temporal facilita la cobertura de vacantes en puestos de nivel inicial y semi-cualificados. Segundo, el aumento constante de residentes permanentes —casi 391.000— indica que la integración de migrantes se está convirtiendo en una prioridad política a largo plazo. Por ello, los departamentos de recursos humanos deben prepararse para una mayor aplicación de la legislación laboral (las nuevas normas de reporte previo al empleo entraron en vigor el 1 de octubre) y un incremento en las auditorías de cumplimiento.
Desde la perspectiva de las políticas públicas, estas cifras serán clave en las negociaciones de Praga con Bruselas para obtener alivios frente a las próximas "contribuciones de solidaridad" bajo el pacto migratorio de la UE. El gobierno argumenta que, al acoger a una de las mayores poblaciones de refugiados de la Unión, debería estar exento de pagos adicionales, un argumento que probablemente gane fuerza con los datos más recientes.







