
El Aeropuerto de Sídney ha iniciado una búsqueda global de socios en arquitectura e ingeniería para llevar a cabo un programa de obras de capital valorado en 6.000 millones de dólares australianos entre 2026 y 2030. La solicitud de licitación, publicada el 14 de noviembre de 2025, representa un cambio estratégico, pasando de contratos por proyecto a asociaciones a largo plazo que abarcarán toda la cartera de infraestructuras del aeropuerto.
Las obras principales incluyen la emblemática integración de las terminales T2 y T3, que conectará físicamente las áreas domésticas y añadirá 12 puertas flexibles capaces de atender tanto vuelos nacionales como internacionales. Al consolidar los flujos de pasajeros y desbloquear más puertas de contacto, el proyecto busca aumentar la capacidad de Sídney para alcanzar la meta de su Plan Maestro: 72 millones de pasajeros anuales para 2045.
La licitación también contempla mejoras en la pista, instalaciones de seguridad y biometría de última generación, y una reconfiguración importante de las áreas comerciales para impulsar los ingresos no aeronáuticos. El director ejecutivo del aeropuerto, Scott Charlton, afirmó que este marco plurianual “garantizará mayor consistencia y excelencia en el diseño” mientras acelera las aprobaciones; Sídney espera presentar más solicitudes de desarrollo importantes en los próximos cinco años que en las dos últimas décadas.
Para los gestores de viajes corporativos, los beneficios son palpables: una terminal unificada reducirá los tiempos mínimos de conexión entre los vuelos nacionales e internacionales de Qantas, y los carriles de seguridad ampliados con escáneres CT prometen un procesamiento en menos de 10 minutos para el 99 % de los pasajeros. Las aerolíneas ganarán en eficiencia operativa gracias a la asignación flexible de puertas y a la reducción de remolques.
La adjudicación de la licitación está prevista para diciembre de 2025, seguida de una consulta pública sobre el Plan de Desarrollo Mayor preliminar. La construcción del enlace T2-T3 comenzará a finales de 2026, por lo que los planificadores de movilidad deberán considerar cierres intermitentes de puertas y congestión en las zonas terrestres en sus evaluaciones de riesgos de viaje a corto plazo.
Las obras principales incluyen la emblemática integración de las terminales T2 y T3, que conectará físicamente las áreas domésticas y añadirá 12 puertas flexibles capaces de atender tanto vuelos nacionales como internacionales. Al consolidar los flujos de pasajeros y desbloquear más puertas de contacto, el proyecto busca aumentar la capacidad de Sídney para alcanzar la meta de su Plan Maestro: 72 millones de pasajeros anuales para 2045.
La licitación también contempla mejoras en la pista, instalaciones de seguridad y biometría de última generación, y una reconfiguración importante de las áreas comerciales para impulsar los ingresos no aeronáuticos. El director ejecutivo del aeropuerto, Scott Charlton, afirmó que este marco plurianual “garantizará mayor consistencia y excelencia en el diseño” mientras acelera las aprobaciones; Sídney espera presentar más solicitudes de desarrollo importantes en los próximos cinco años que en las dos últimas décadas.
Para los gestores de viajes corporativos, los beneficios son palpables: una terminal unificada reducirá los tiempos mínimos de conexión entre los vuelos nacionales e internacionales de Qantas, y los carriles de seguridad ampliados con escáneres CT prometen un procesamiento en menos de 10 minutos para el 99 % de los pasajeros. Las aerolíneas ganarán en eficiencia operativa gracias a la asignación flexible de puertas y a la reducción de remolques.
La adjudicación de la licitación está prevista para diciembre de 2025, seguida de una consulta pública sobre el Plan de Desarrollo Mayor preliminar. La construcción del enlace T2-T3 comenzará a finales de 2026, por lo que los planificadores de movilidad deberán considerar cierres intermitentes de puertas y congestión en las zonas terrestres en sus evaluaciones de riesgos de viaje a corto plazo.





