
Con la restauración del financiamiento gubernamental, la Administración Federal de Aviación (FAA) anunció a última hora del 13 de noviembre que mantendrá los límites de vuelos en un 6 % en 40 de los aeropuertos más concurridos del país, en lugar de aumentar al 10 % como se había planeado inicialmente. El secretario de Transporte, Sean Duffy, y el administrador de la FAA, Bryan Bedford, señalaron que la mejor asistencia de los controladores aéreos hizo innecesarios recortes más profundos, aunque advirtieron que la agencia revisará el personal diariamente.
La decisión llega tras cinco días de interrupciones sin precedentes provocadas por el cierre, durante los cuales se cancelaron más de 10,000 vuelos y 38,000 se retrasaron debido a que los controladores no remunerados se reportaron enfermos. Aunque el miércoles solo se registraron alrededor de 900 cancelaciones, las aerolíneas reportaron desplazamientos persistentes de tripulaciones y aeronaves. El CEO de Delta Air Lines, Ed Bastian, dijo a CBS News que espera que el sistema esté “casi normal” para el fin de semana y completamente estabilizado antes del intenso flujo de 31 millones de pasajeros por Acción de Gracias.
Para los programas de viajes corporativos, la congelación ofrece claridad, pero también riesgos continuos. Las aerolíneas reanudarán frecuencias de manera gradual, priorizando los mercados empresariales transcontinentales y las rutas internacionales de alto rendimiento. Los gestores de viajes deben monitorear los cambios en los horarios del GDS, emitir exenciones rápidamente y prepararse para precios elevados en los días previos a Acción de Gracias.
La FAA anunció que acelerará la contratación de 1,800 controladores en formación y extenderá las horas extras obligatorias hasta diciembre. El Congreso planea una audiencia el 19 de noviembre para evaluar el impacto del cierre en la seguridad aérea y la economía, lo que podría derivar en soluciones legislativas para proteger el sistema de control aéreo de futuras interrupciones en el financiamiento.
Conclusión: Se espera una mejora en la puntualidad, pero con capacidad limitada hasta fin de mes. Las empresas con viajes urgentes deberían reservar tarifas reembolsables y considerar opciones de vuelos chárter privados hasta confirmar niveles normales de personal.
La decisión llega tras cinco días de interrupciones sin precedentes provocadas por el cierre, durante los cuales se cancelaron más de 10,000 vuelos y 38,000 se retrasaron debido a que los controladores no remunerados se reportaron enfermos. Aunque el miércoles solo se registraron alrededor de 900 cancelaciones, las aerolíneas reportaron desplazamientos persistentes de tripulaciones y aeronaves. El CEO de Delta Air Lines, Ed Bastian, dijo a CBS News que espera que el sistema esté “casi normal” para el fin de semana y completamente estabilizado antes del intenso flujo de 31 millones de pasajeros por Acción de Gracias.
Para los programas de viajes corporativos, la congelación ofrece claridad, pero también riesgos continuos. Las aerolíneas reanudarán frecuencias de manera gradual, priorizando los mercados empresariales transcontinentales y las rutas internacionales de alto rendimiento. Los gestores de viajes deben monitorear los cambios en los horarios del GDS, emitir exenciones rápidamente y prepararse para precios elevados en los días previos a Acción de Gracias.
La FAA anunció que acelerará la contratación de 1,800 controladores en formación y extenderá las horas extras obligatorias hasta diciembre. El Congreso planea una audiencia el 19 de noviembre para evaluar el impacto del cierre en la seguridad aérea y la economía, lo que podría derivar en soluciones legislativas para proteger el sistema de control aéreo de futuras interrupciones en el financiamiento.
Conclusión: Se espera una mejora en la puntualidad, pero con capacidad limitada hasta fin de mes. Las empresas con viajes urgentes deberían reservar tarifas reembolsables y considerar opciones de vuelos chárter privados hasta confirmar niveles normales de personal.









