
El 14 de noviembre, la Comisión Europea presentó un ambicioso plan de acción para reducir a la mitad los tiempos de viaje en tren entre las principales ciudades de la UE para 2040, calificando a los trenes de alta velocidad como la columna vertebral de una red de transporte climáticamente neutra. En Roma, el comisario de Transportes, Apostolos Tzitzikostas, destacó como objetivos emblemáticos los trayectos Berlín-Copenhague en cuatro horas y Múnich-Roma en seis.
Bruselas estima que el programa requerirá al menos 345.000 millones de euros en nuevas vías o en la modernización de las existentes y material rodante, cifra que superará los 500.000 millones para 2050.
Alemania, situada en el centro geográfico y con más de 1.700 km de líneas de alta velocidad, será clave en el proyecto, aunque su operador ferroviario Deutsche Bahn enfrenta críticas por retrasos, falta de personal e infraestructuras envejecidas. Por ello, el plan de la Comisión combina financiación para infraestructuras con reformas regulatorias: billetes armonizados, competencia de acceso abierto y permisos rápidos para proyectos transfronterizos. Se espera una propuesta legal sobre billetes integrados a principios de 2026, que podría superar el bloqueo tecnológico que impide actualmente reservas fluidas entre Berlín y París.
Para los responsables de movilidad corporativa, el plan apunta a un futuro en el que los viajes de negocios dentro de la UE de menos de 1.000 km se trasladen del avión al tren. Las empresas alemanas comprometidas con la sostenibilidad —especialmente en consultoría, finanzas y tecnología— podrían reducir sus emisiones de alcance 3 al desplazar a sus empleados por la red ferroviaria ampliada. Sin embargo, a corto plazo se prevén más interrupciones: las obras en el corredor Stuttgart-Ulm-Augsburgo y la modernización del nodo de Fráncfort limitarán la capacidad en los próximos cinco años.
Mientras tanto, Lufthansa negocia con el Ministerio de Transportes alemán obligaciones de ‘código compartido tren-aire’ que sustituirían vuelos de conexión entre Fráncfort y Düsseldorf por trenes de alta velocidad una vez que el tiempo de viaje sea inferior a dos horas. Los analistas estiman que la red de 2040 podría reducir los vuelos domésticos en Alemania hasta en un 45%.
Las pequeñas y medianas empresas deberían estar atentas a las subvenciones del Mecanismo Conectar Europa, que financiará parcialmente pilotos de integración digital de billetes y pases ferroviarios corporativos. La Comisión también señaló a Toll Collect, la empresa alemana de peajes de autopista inactiva, como posible plataforma de datos para la tarificación dinámica de vías, sugiriendo que la industria alemana jugará un papel clave en la gestión inteligente del ferrocarril europeo.
Bruselas estima que el programa requerirá al menos 345.000 millones de euros en nuevas vías o en la modernización de las existentes y material rodante, cifra que superará los 500.000 millones para 2050.
Alemania, situada en el centro geográfico y con más de 1.700 km de líneas de alta velocidad, será clave en el proyecto, aunque su operador ferroviario Deutsche Bahn enfrenta críticas por retrasos, falta de personal e infraestructuras envejecidas. Por ello, el plan de la Comisión combina financiación para infraestructuras con reformas regulatorias: billetes armonizados, competencia de acceso abierto y permisos rápidos para proyectos transfronterizos. Se espera una propuesta legal sobre billetes integrados a principios de 2026, que podría superar el bloqueo tecnológico que impide actualmente reservas fluidas entre Berlín y París.
Para los responsables de movilidad corporativa, el plan apunta a un futuro en el que los viajes de negocios dentro de la UE de menos de 1.000 km se trasladen del avión al tren. Las empresas alemanas comprometidas con la sostenibilidad —especialmente en consultoría, finanzas y tecnología— podrían reducir sus emisiones de alcance 3 al desplazar a sus empleados por la red ferroviaria ampliada. Sin embargo, a corto plazo se prevén más interrupciones: las obras en el corredor Stuttgart-Ulm-Augsburgo y la modernización del nodo de Fráncfort limitarán la capacidad en los próximos cinco años.
Mientras tanto, Lufthansa negocia con el Ministerio de Transportes alemán obligaciones de ‘código compartido tren-aire’ que sustituirían vuelos de conexión entre Fráncfort y Düsseldorf por trenes de alta velocidad una vez que el tiempo de viaje sea inferior a dos horas. Los analistas estiman que la red de 2040 podría reducir los vuelos domésticos en Alemania hasta en un 45%.
Las pequeñas y medianas empresas deberían estar atentas a las subvenciones del Mecanismo Conectar Europa, que financiará parcialmente pilotos de integración digital de billetes y pases ferroviarios corporativos. La Comisión también señaló a Toll Collect, la empresa alemana de peajes de autopista inactiva, como posible plataforma de datos para la tarificación dinámica de vías, sugiriendo que la industria alemana jugará un papel clave en la gestión inteligente del ferrocarril europeo.





