
Reuters informa que la próxima semana, en el Dubai Airshow (del 17 al 21 de noviembre), se realizará el debut internacional del avión de fuselaje estrecho chino COMAC C919, marcando su primera presentación fuera de eventos nacionales. Esta aparición enfrentará al C919 directamente con el Airbus A320 neo y el Boeing 737 MAX en un escenario frecuentado por aerolíneas de Medio Oriente y África, mercados que Pekín considera clave para la diplomacia aérea y el desarrollo de rutas a largo plazo.
El C919, certificado en China en 2022 y operando servicios comerciales limitados con China Eastern, aún no cuenta con los certificados de tipo de la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA) ni de la Administración Federal de Aviación de EE. UU. (FAA). Sin embargo, los analistas del sector ven esta presentación en Dubái como un paso hacia la aceptación global, que podría abrir ventas de exportación para diversificar las flotas aéreas que operan en China y, con el tiempo, ampliar las opciones de rutas para viajeros de negocios.
Si el programa gana impulso, las aerolíneas extranjeras que operen el C919 podrían negociar bases de mantenimiento mutuas y acuerdos de código compartido con aerolíneas chinas, mejorando la conectividad hacia ciudades secundarias chinas que actualmente dependen de servicios domésticos. Para los gestores de viajes corporativos, esto podría traducirse en más vuelos directos y tarifas competitivas en rutas que conectan los centros manufactureros del interior de China con mercados del Golfo y África.
El protagonismo en el airshow también refuerza la narrativa más amplia de China en aviación: junto con el reciente pedido del Air China Cargo A350F y el apoyo estatal a pruebas de Combustible de Aviación Sostenible, Pekín está enviando la señal de que pretende ser un actor integral en la cadena global de valor de la aviación, desde la fabricación de aeronaves hasta operaciones ecológicas.
Los ejecutivos que asistan al airshow deberían estar atentos a cualquier Memorando de Entendimiento firmado entre COMAC y aerolíneas regionales como flydubai o Riyadh Air de Arabia Saudita. Los compromisos en etapas iniciales podrían acelerar las negociaciones bilaterales de servicios aéreos, afectando los derechos de vuelo y la asignación de frecuencias tan pronto como comiencen las entregas de trenes de aterrizaje alrededor de 2027.
El C919, certificado en China en 2022 y operando servicios comerciales limitados con China Eastern, aún no cuenta con los certificados de tipo de la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA) ni de la Administración Federal de Aviación de EE. UU. (FAA). Sin embargo, los analistas del sector ven esta presentación en Dubái como un paso hacia la aceptación global, que podría abrir ventas de exportación para diversificar las flotas aéreas que operan en China y, con el tiempo, ampliar las opciones de rutas para viajeros de negocios.
Si el programa gana impulso, las aerolíneas extranjeras que operen el C919 podrían negociar bases de mantenimiento mutuas y acuerdos de código compartido con aerolíneas chinas, mejorando la conectividad hacia ciudades secundarias chinas que actualmente dependen de servicios domésticos. Para los gestores de viajes corporativos, esto podría traducirse en más vuelos directos y tarifas competitivas en rutas que conectan los centros manufactureros del interior de China con mercados del Golfo y África.
El protagonismo en el airshow también refuerza la narrativa más amplia de China en aviación: junto con el reciente pedido del Air China Cargo A350F y el apoyo estatal a pruebas de Combustible de Aviación Sostenible, Pekín está enviando la señal de que pretende ser un actor integral en la cadena global de valor de la aviación, desde la fabricación de aeronaves hasta operaciones ecológicas.
Los ejecutivos que asistan al airshow deberían estar atentos a cualquier Memorando de Entendimiento firmado entre COMAC y aerolíneas regionales como flydubai o Riyadh Air de Arabia Saudita. Los compromisos en etapas iniciales podrían acelerar las negociaciones bilaterales de servicios aéreos, afectando los derechos de vuelo y la asignación de frecuencias tan pronto como comiencen las entregas de trenes de aterrizaje alrededor de 2027.










