
El último boletín de viajes internacionales de Statistics Canada, publicado el 14 de noviembre, revela una caída dramática del 30,5 % interanual en los viajes por carretera de canadienses que regresan de Estados Unidos en octubre, mientras que los viajes aéreos disminuyeron un 24 %. La agencia atribuye esta caída a la persistente fricción económica y política —incluyendo amenazas arancelarias de EE. UU. y un dólar canadiense débil— así como a un cambio de los consumidores hacia opciones de ocio nacionales.
Para los presupuestos de movilidad, esta tendencia tiene un doble efecto. Por un lado, menos viajeros de ocio alivian la presión en las fronteras terrestres y aeropuertos, lo que podría reducir los tiempos de espera para los viajeros corporativos frecuentes. Por otro lado, las aerolíneas podrían reducir la capacidad transfronteriza este invierno, lo que podría aumentar las tarifas en las rutas restantes y complicar las reservas de última hora.
Los analistas de políticas de viaje también señalan un efecto reputacional: las empresas que ofrecen asignaciones en EE. UU. podrían tener que mejorar los paquetes de reubicación, ya que los empleados canadienses perciben mayores dificultades —desde costos más altos hasta un discurso más duro— al cruzar hacia el sur. Algunas compañías están trasladando conferencias a sedes en Canadá o México para mantener los niveles de asistencia.
La caída sostenida subraya la importancia de monitorear los datos macroeconómicos de viajes al proyectar el gasto en movilidad para 2026. Los líderes de recursos humanos deberían revisar si las tarifas diarias, los presupuestos de alojamiento temporal y las asignaciones para vehículos en asignaciones en EE. UU. siguen siendo competitivos en medio de los cambios en los tipos de cambio y los patrones de viaje.
Para los presupuestos de movilidad, esta tendencia tiene un doble efecto. Por un lado, menos viajeros de ocio alivian la presión en las fronteras terrestres y aeropuertos, lo que podría reducir los tiempos de espera para los viajeros corporativos frecuentes. Por otro lado, las aerolíneas podrían reducir la capacidad transfronteriza este invierno, lo que podría aumentar las tarifas en las rutas restantes y complicar las reservas de última hora.
Los analistas de políticas de viaje también señalan un efecto reputacional: las empresas que ofrecen asignaciones en EE. UU. podrían tener que mejorar los paquetes de reubicación, ya que los empleados canadienses perciben mayores dificultades —desde costos más altos hasta un discurso más duro— al cruzar hacia el sur. Algunas compañías están trasladando conferencias a sedes en Canadá o México para mantener los niveles de asistencia.
La caída sostenida subraya la importancia de monitorear los datos macroeconómicos de viajes al proyectar el gasto en movilidad para 2026. Los líderes de recursos humanos deberían revisar si las tarifas diarias, los presupuestos de alojamiento temporal y las asignaciones para vehículos en asignaciones en EE. UU. siguen siendo competitivos en medio de los cambios en los tipos de cambio y los patrones de viaje.








