
La decisión de la Unión Europea de suspender la emisión de visados Schengen de entradas múltiples para ciudadanos rusos entró formalmente en vigor esta semana, generando un debate en todo el bloque. Desde Varsovia, el 13 de noviembre, The Guardian destacó que Polonia —que ya mantiene una prohibición casi total de visados turísticos para rusos desde 2022— tiene la intención de aplicar la nueva política en su totalidad e instruirá a sus consulados para que otorguen únicamente visados humanitarios de entrada única bajo excepciones muy específicas.
Para las empresas polacas, el principal impacto probablemente recaerá en los subcontratistas rusos de los sectores energético, de servicios informáticos y construcción, quienes realizan frecuentes viajes cortos. Según las nuevas normas, cualquier solicitante ruso debe demostrar “integridad y fiabilidad particulares” para calificar siquiera para un permiso de entrada única, además de presentar una fianza financiera que cubra los costos de repatriación. Las cartas de invitación empresarial ya no serán suficientes.
Los puestos fronterizos polacos en los aeropuertos de Varsovia-Chopin y Gdańsk se preparan para posibles aumentos de viajeros que intenten hacer ‘visados exprés’ para reiniciar sus días en el espacio Schengen. La Guardia Fronteriza confirmó que los ciudadanos rusos con permisos de residencia emitidos por otros estados de la UE seguirán siendo admitidos, pero advirtió que los oficiales podrían examinar con mayor rigor el propósito del viaje.
Figuras de la oposición rusa entrevistadas por el medio criticaron la medida generalizada como contraproducente, argumentando que debilita los lazos con los rusos pro-democracia. En cambio, líderes ucranianos y bálticos celebraron la decisión y urgieron a Polonia y sus socios a ir más allá, revocando los visados de entradas múltiples ya existentes.
Los asesores de movilidad deberían revisar a cualquier empleado basado en Polonia que posea pasaporte ruso y transite regularmente por el espacio Schengen, además de actualizar los sistemas globales de seguimiento migratorio para reflejar el mayor riesgo de rechazo y los tiempos de espera más largos que ahora se esperan en los consulados polacos en todo el mundo.
Para las empresas polacas, el principal impacto probablemente recaerá en los subcontratistas rusos de los sectores energético, de servicios informáticos y construcción, quienes realizan frecuentes viajes cortos. Según las nuevas normas, cualquier solicitante ruso debe demostrar “integridad y fiabilidad particulares” para calificar siquiera para un permiso de entrada única, además de presentar una fianza financiera que cubra los costos de repatriación. Las cartas de invitación empresarial ya no serán suficientes.
Los puestos fronterizos polacos en los aeropuertos de Varsovia-Chopin y Gdańsk se preparan para posibles aumentos de viajeros que intenten hacer ‘visados exprés’ para reiniciar sus días en el espacio Schengen. La Guardia Fronteriza confirmó que los ciudadanos rusos con permisos de residencia emitidos por otros estados de la UE seguirán siendo admitidos, pero advirtió que los oficiales podrían examinar con mayor rigor el propósito del viaje.
Figuras de la oposición rusa entrevistadas por el medio criticaron la medida generalizada como contraproducente, argumentando que debilita los lazos con los rusos pro-democracia. En cambio, líderes ucranianos y bálticos celebraron la decisión y urgieron a Polonia y sus socios a ir más allá, revocando los visados de entradas múltiples ya existentes.
Los asesores de movilidad deberían revisar a cualquier empleado basado en Polonia que posea pasaporte ruso y transite regularmente por el espacio Schengen, además de actualizar los sistemas globales de seguimiento migratorio para reflejar el mayor riesgo de rechazo y los tiempos de espera más largos que ahora se esperan en los consulados polacos en todo el mundo.











