
El portal de noticias de transporte Trans.info informó el 13 de noviembre de 2025 que los Países Bajos han notificado a la UE una nueva prórroga de seis meses para sus controles fronterizos temporales, reavivando el debate sobre el futuro de la libre circulación sin pasaporte.
La tabla adjunta al artículo, que recopila datos recientes de la Comisión Europea, confirma que los controles alemanes, reintroducidos en septiembre de 2024 por motivos de “migración y seguridad”, se mantendrán al menos hasta el 15 de marzo de 2026. Las asociaciones de viajeros de negocios advierten que estas extensiones continuas están erosionando una de las libertades fundamentales del mercado único, aumentando costos e incertidumbre para los trabajadores transfronterizos y las empresas de logística.
Para las compañías con presencia en toda la UE, el impacto práctico es doble. Primero, el transporte por carretera entre Alemania y países vecinos como Polonia, República Checa y Austria sigue enfrentando paradas aleatorias que pueden añadir entre 30 y 60 minutos por cruce; los conductores deben portar pasaporte o documento nacional de identidad. Segundo, los empleados que utilizan servicios de tren o autobús deben considerar posibles controles puntuales, incluso en rutas promocionadas como “internas del espacio Schengen”. Las políticas de recursos humanos deben especificar los requisitos de documentación y márgenes de tiempo para evitar reuniones perdidas o reclamaciones por tiempo de trabajo.
En el plano político, Berlín insiste en que los controles son temporales y proporcionados. Sin embargo, la Policía Federal registró 18.598 denegaciones de entrada entre mayo y octubre, lo que ha impulsado a la facción conservadora de la coalición gobernante a pedir que los controles se vuelvan permanentes. Los gestores de movilidad deben seguir de cerca el próximo Consejo de Justicia y Asuntos Internos de la UE en diciembre, donde los ministros revisarán la reforma del Código de Fronteras Schengen que podría formalizar estas “inspecciones selectivas”.
La tabla adjunta al artículo, que recopila datos recientes de la Comisión Europea, confirma que los controles alemanes, reintroducidos en septiembre de 2024 por motivos de “migración y seguridad”, se mantendrán al menos hasta el 15 de marzo de 2026. Las asociaciones de viajeros de negocios advierten que estas extensiones continuas están erosionando una de las libertades fundamentales del mercado único, aumentando costos e incertidumbre para los trabajadores transfronterizos y las empresas de logística.
Para las compañías con presencia en toda la UE, el impacto práctico es doble. Primero, el transporte por carretera entre Alemania y países vecinos como Polonia, República Checa y Austria sigue enfrentando paradas aleatorias que pueden añadir entre 30 y 60 minutos por cruce; los conductores deben portar pasaporte o documento nacional de identidad. Segundo, los empleados que utilizan servicios de tren o autobús deben considerar posibles controles puntuales, incluso en rutas promocionadas como “internas del espacio Schengen”. Las políticas de recursos humanos deben especificar los requisitos de documentación y márgenes de tiempo para evitar reuniones perdidas o reclamaciones por tiempo de trabajo.
En el plano político, Berlín insiste en que los controles son temporales y proporcionados. Sin embargo, la Policía Federal registró 18.598 denegaciones de entrada entre mayo y octubre, lo que ha impulsado a la facción conservadora de la coalición gobernante a pedir que los controles se vuelvan permanentes. Los gestores de movilidad deben seguir de cerca el próximo Consejo de Justicia y Asuntos Internos de la UE en diciembre, donde los ministros revisarán la reforma del Código de Fronteras Schengen que podría formalizar estas “inspecciones selectivas”.











