
El 11 de noviembre, el Departamento de Seguridad Nacional y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) publicaron una norma final que exigirá a todos los no ciudadanos estadounidenses —turistas, titulares de visas y residentes permanentes legales por igual— que entreguen datos biométricos tanto al salir como al entrar al país. La regulación, que modifica los artículos 8 CFR 215.8 y 235.1, elimina las exenciones por edad para niños menores de 14 años y adultos mayores de 79, además de suprimir las limitaciones del programa a sitios piloto.
Según la norma, a los viajeros que salgan se les capturará la imagen facial (y, cuando sea posible, se cotejarán las huellas dactilares) en aeropuertos, puertos marítimos y cruces terrestres. Los datos se comparan en tiempo real con los registros de entrada para detectar suplantaciones y estancias prolongadas. CBP indica que la cobertura nacional completa se implementará en varios años, pero los puertos aéreos y marítimos con puertas biométricas existentes comenzarán a recolectar datos de salida “en cuestión de semanas”. Los viajeros que se nieguen a proporcionar datos biométricos podrían ser impedidos de abordar o ser remitidos a una inspección secundaria.
Para los equipos de movilidad corporativa, este cambio implica un seguimiento más estricto de los historiales de viaje de los asignados: las estancias prolongadas se detectarán automáticamente, eliminando los periodos de gracia que a veces ocultaban lapsos involuntarios en el formulario I-94. Los viajeros frecuentes que cruzan la frontera (por ejemplo, titulares de visas TN o L-1 en asignaciones a corto plazo) deberían considerar tiempo adicional para los trámites de salida, especialmente en los puertos terrestres congestionados.
Los defensores de la privacidad han expresado preocupación por la retención de datos y el riesgo de falsos positivos, pero el DHS sostiene que la tasa de error en el reconocimiento facial ha bajado por debajo del 0,1 %. La agencia también destaca que los ciudadanos estadounidenses pueden optar por no participar en los quioscos de salida, aunque esto podría implicar una inspección manual y filas más largas.
Las empresas deben informar a sus empleados extranjeros que deben esperar ser capturados por cámaras en las puertas de embarque y recordarles que cualquier estancia prolongada, incluso de un solo día, será registrada automáticamente y podría poner en riesgo futuras renovaciones de visa.
Según la norma, a los viajeros que salgan se les capturará la imagen facial (y, cuando sea posible, se cotejarán las huellas dactilares) en aeropuertos, puertos marítimos y cruces terrestres. Los datos se comparan en tiempo real con los registros de entrada para detectar suplantaciones y estancias prolongadas. CBP indica que la cobertura nacional completa se implementará en varios años, pero los puertos aéreos y marítimos con puertas biométricas existentes comenzarán a recolectar datos de salida “en cuestión de semanas”. Los viajeros que se nieguen a proporcionar datos biométricos podrían ser impedidos de abordar o ser remitidos a una inspección secundaria.
Para los equipos de movilidad corporativa, este cambio implica un seguimiento más estricto de los historiales de viaje de los asignados: las estancias prolongadas se detectarán automáticamente, eliminando los periodos de gracia que a veces ocultaban lapsos involuntarios en el formulario I-94. Los viajeros frecuentes que cruzan la frontera (por ejemplo, titulares de visas TN o L-1 en asignaciones a corto plazo) deberían considerar tiempo adicional para los trámites de salida, especialmente en los puertos terrestres congestionados.
Los defensores de la privacidad han expresado preocupación por la retención de datos y el riesgo de falsos positivos, pero el DHS sostiene que la tasa de error en el reconocimiento facial ha bajado por debajo del 0,1 %. La agencia también destaca que los ciudadanos estadounidenses pueden optar por no participar en los quioscos de salida, aunque esto podría implicar una inspección manual y filas más largas.
Las empresas deben informar a sus empleados extranjeros que deben esperar ser capturados por cámaras en las puertas de embarque y recordarles que cualquier estancia prolongada, incluso de un solo día, será registrada automáticamente y podría poner en riesgo futuras renovaciones de visa.









