
Los planificadores de viajes enfrentan una nueva ola de conflictos laborales mientras una serie de huelgas se extiende por Europa. Según la revista especializada Travel and Tour World, los sindicatos de Italia, Bélgica, Alemania y, especialmente, Francia han anunciado paros coordinados en los sectores ferroviario, metro y control aéreo durante la segunda quincena de noviembre. Aunque los horarios varían según el país, los sindicatos ferroviarios franceses planean paros escalonados a partir del 14 de noviembre, mientras que una coalición de sindicatos de controladores aéreos ha presentado un aviso de huelga de cinco días desde el 18 de noviembre.
La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) de Francia suele ordenar reducciones preventivas de vuelos del 20 al 30 % cuando la participación de controladores supera ciertos umbrales críticos. Aeropuertos regionales como Marsella, Burdeos y Nantes podrían enfrentar cancelaciones masivas, mientras que París-Orly y Charles de Gaulle suelen mantener un servicio mínimo para vuelos de larga distancia. Los servicios de alta velocidad TGV y Ouigo también están en riesgo, especialmente en los corredores muy transitados París–Lyon y París–Lille, que conectan centros empresariales clave.
Por qué es importante para los gestores de movilidad: noviembre es temporada de planificación de fin de año para muchas empresas, lo que genera un aumento de viajes de última hora para reuniones presupuestarias y traspasos de asignaciones en el extranjero. Las interrupciones complican las obligaciones de cuidado y pueden obligar a cambios de billetes costosos en el último momento. Las compañías deberían activar sistemas de alerta de viajes, redirigir rutas a través de hubs no afectados como Ginebra o Luxemburgo cuando sea posible, y asegurar tarifas flexibles que permitan cambios el mismo día.
De cara al futuro, las huelgas también ponen a prueba la nueva ley francesa que exige a los controladores aéreos avisar con 48 horas de antelación antes de sumarse a una acción sindical, una normativa diseñada para dar más tiempo a la DGAC para elaborar planes de contingencia. Noviembre será la primera prueba real para evaluar si esta regla reduce significativamente el caos o simplemente traslada el problema de las cancelaciones a largas colas.
La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) de Francia suele ordenar reducciones preventivas de vuelos del 20 al 30 % cuando la participación de controladores supera ciertos umbrales críticos. Aeropuertos regionales como Marsella, Burdeos y Nantes podrían enfrentar cancelaciones masivas, mientras que París-Orly y Charles de Gaulle suelen mantener un servicio mínimo para vuelos de larga distancia. Los servicios de alta velocidad TGV y Ouigo también están en riesgo, especialmente en los corredores muy transitados París–Lyon y París–Lille, que conectan centros empresariales clave.
Por qué es importante para los gestores de movilidad: noviembre es temporada de planificación de fin de año para muchas empresas, lo que genera un aumento de viajes de última hora para reuniones presupuestarias y traspasos de asignaciones en el extranjero. Las interrupciones complican las obligaciones de cuidado y pueden obligar a cambios de billetes costosos en el último momento. Las compañías deberían activar sistemas de alerta de viajes, redirigir rutas a través de hubs no afectados como Ginebra o Luxemburgo cuando sea posible, y asegurar tarifas flexibles que permitan cambios el mismo día.
De cara al futuro, las huelgas también ponen a prueba la nueva ley francesa que exige a los controladores aéreos avisar con 48 horas de antelación antes de sumarse a una acción sindical, una normativa diseñada para dar más tiempo a la DGAC para elaborar planes de contingencia. Noviembre será la primera prueba real para evaluar si esta regla reduce significativamente el caos o simplemente traslada el problema de las cancelaciones a largas colas.








