
Las operaciones en el Aeropuerto Internacional de Pafos se suspendieron durante casi dos horas el 12 de noviembre de 2025, tras un terremoto de magnitud 5.7 que sacudió la isla a las 11:30 a.m. hora local. Las autoridades aeroportuarias activaron los protocolos de emergencia, evacuaron las terminales y enviaron equipos de ingeniería para inspeccionar la pista y la infraestructura crítica.
No se detectaron daños estructurales y los vuelos se reanudaron gradualmente con retrasos promedio de 45 a 60 minutos. Más tarde, por la tarde, se registró un segundo temblor de magnitud 5.3, que no provocó nuevas interrupciones operativas.
Hermes Airports, que gestiona los aeropuertos de Pafos y Lárnaca, informó que los pasajeros deben esperar retrasos residuales durante todo el día y recomendó a las aerolíneas desviar el tráfico excedente hacia Lárnaca si fuera necesario. Las aerolíneas internacionales con conexiones ajustadas, especialmente las que vuelan hacia Oriente Medio, implementaron políticas flexibles de reprogramación.
Chipre se encuentra en una zona sísmica relativamente activa, pero los terremotos lo suficientemente fuertes como para afectar la aviación son poco comunes; el último evento similar ocurrió en enero de 2024. Este incidente recuerda a los gestores de riesgos de viaje la importancia de incluir escenarios de interrupciones sísmicas en los planes de contingencia para empleados desplazados y ejecutivos visitantes.
Los hoteles locales reportaron cancelaciones mínimas, lo que refleja la confianza de los viajeros en la resiliencia de la infraestructura de la isla. No obstante, se recomienda a los departamentos de viajes corporativos mantener a los empleados inscritos en sistemas de alertas en tiempo real y verificar que los seguros de viaje cubran retrasos por fuerza mayor relacionados con desastres naturales.
No se detectaron daños estructurales y los vuelos se reanudaron gradualmente con retrasos promedio de 45 a 60 minutos. Más tarde, por la tarde, se registró un segundo temblor de magnitud 5.3, que no provocó nuevas interrupciones operativas.
Hermes Airports, que gestiona los aeropuertos de Pafos y Lárnaca, informó que los pasajeros deben esperar retrasos residuales durante todo el día y recomendó a las aerolíneas desviar el tráfico excedente hacia Lárnaca si fuera necesario. Las aerolíneas internacionales con conexiones ajustadas, especialmente las que vuelan hacia Oriente Medio, implementaron políticas flexibles de reprogramación.
Chipre se encuentra en una zona sísmica relativamente activa, pero los terremotos lo suficientemente fuertes como para afectar la aviación son poco comunes; el último evento similar ocurrió en enero de 2024. Este incidente recuerda a los gestores de riesgos de viaje la importancia de incluir escenarios de interrupciones sísmicas en los planes de contingencia para empleados desplazados y ejecutivos visitantes.
Los hoteles locales reportaron cancelaciones mínimas, lo que refleja la confianza de los viajeros en la resiliencia de la infraestructura de la isla. No obstante, se recomienda a los departamentos de viajes corporativos mantener a los empleados inscritos en sistemas de alertas en tiempo real y verificar que los seguros de viaje cubran retrasos por fuerza mayor relacionados con desastres naturales.










