
En un cambio significativo de política anunciado esta semana, la ministra de Inmigración, Lena Diab, confirmó que el próximo Plan de Niveles de Inmigración de Canadá para los próximos tres años priorizará la conversión de residentes temporales —estudiantes internacionales, titulares de permisos de trabajo y personas protegidas— en residentes permanentes. Aunque la meta total de residentes permanentes se mantendrá estable en 380,000 por año, IRCC reservará el 64 % de los cupos de 2026 para inmigrantes económicos, con especial énfasis en candidatos que ya tengan experiencia laboral o académica en Canadá.
El sistema de Entrada Exprés sigue siendo la vía principal, aunque las cuotas para trabajadores altamente calificados bajan ligeramente a 109,000 en 2026 antes de recuperarse. La noticia más destacada es la expansión dramática del Programa de Nominación Provincial, que pasará de 55,000 cupos este año a 91,500 en 2026, un aumento del 66 %. Las provincias podrán nominar a trabajadores y graduados ya integrados en sus economías locales, brindando a los empleadores mayor seguridad de que el talento clave podrá quedarse. Además, se implementarán medidas excepcionales para acelerar la residencia permanente de 33,000 trabajadores rurales y en demanda, y se otorgará la residencia permanente a hasta 115,000 personas protegidas en dos años.
Para las empresas, el mensaje es claro: retener el talento extranjero existente será más fácil que reclutar desde el extranjero. Los departamentos de recursos humanos deberían revisar su población de trabajadores extranjeros y animar al personal elegible a solicitar la residencia permanente bajo la Clase de Experiencia Canadiense o los programas provinciales. Los reclutadores también podrían necesitar replantear sus estrategias de búsqueda global, ya que las cuotas para residentes temporales (estudiantes y trabajadores extranjeros) se reducirán en más del 40 % en 2026.
Los gobiernos provinciales, especialmente en el Atlántico canadiense y las Praderas, han aplaudido el aumento en los límites del PNP, argumentando que ayudará a enfrentar el envejecimiento demográfico y la escasez regional de mano de obra. Sin embargo, las agencias de integración advierten que las fórmulas de financiamiento deben actualizarse para garantizar que los recién llegados reciban servicios adecuados de vivienda e integración.
Estratégicamente, el plan busca equilibrar la preocupación pública por el rápido crecimiento poblacional con la necesidad de talento de los empleadores. Al favorecer a candidatos ya evaluados mediante permisos de estudio o trabajo, Ottawa pretende reducir los atrasos, combatir el fraude y mejorar los resultados en el mercado laboral, al mismo tiempo que envía un mensaje al mundo de que Canadá sigue acogiendo a migrantes calificados dispuestos a echar raíces.
El sistema de Entrada Exprés sigue siendo la vía principal, aunque las cuotas para trabajadores altamente calificados bajan ligeramente a 109,000 en 2026 antes de recuperarse. La noticia más destacada es la expansión dramática del Programa de Nominación Provincial, que pasará de 55,000 cupos este año a 91,500 en 2026, un aumento del 66 %. Las provincias podrán nominar a trabajadores y graduados ya integrados en sus economías locales, brindando a los empleadores mayor seguridad de que el talento clave podrá quedarse. Además, se implementarán medidas excepcionales para acelerar la residencia permanente de 33,000 trabajadores rurales y en demanda, y se otorgará la residencia permanente a hasta 115,000 personas protegidas en dos años.
Para las empresas, el mensaje es claro: retener el talento extranjero existente será más fácil que reclutar desde el extranjero. Los departamentos de recursos humanos deberían revisar su población de trabajadores extranjeros y animar al personal elegible a solicitar la residencia permanente bajo la Clase de Experiencia Canadiense o los programas provinciales. Los reclutadores también podrían necesitar replantear sus estrategias de búsqueda global, ya que las cuotas para residentes temporales (estudiantes y trabajadores extranjeros) se reducirán en más del 40 % en 2026.
Los gobiernos provinciales, especialmente en el Atlántico canadiense y las Praderas, han aplaudido el aumento en los límites del PNP, argumentando que ayudará a enfrentar el envejecimiento demográfico y la escasez regional de mano de obra. Sin embargo, las agencias de integración advierten que las fórmulas de financiamiento deben actualizarse para garantizar que los recién llegados reciban servicios adecuados de vivienda e integración.
Estratégicamente, el plan busca equilibrar la preocupación pública por el rápido crecimiento poblacional con la necesidad de talento de los empleadores. Al favorecer a candidatos ya evaluados mediante permisos de estudio o trabajo, Ottawa pretende reducir los atrasos, combatir el fraude y mejorar los resultados en el mercado laboral, al mismo tiempo que envía un mensaje al mundo de que Canadá sigue acogiendo a migrantes calificados dispuestos a echar raíces.







