
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, informó a su homóloga canadiense, Anita Anand, que Pekín está dispuesto a “reanudar intercambios y cooperar en diversos ámbitos”, según un comunicado difundido el martes por la agencia Xinhua. La llamada telefónica, que se produce menos de un mes después de la conversación entre el presidente Xi Jinping y el primer ministro Mark Carney en la cumbre de APEC en Corea del Sur, representa el lenguaje más conciliador de ambas partes desde la ruptura bilateral iniciada con la detención de Meng Wanzhou en 2018.
Aunque no se mencionaron sectores específicos, las autoridades canadienses ven una oportunidad para reactivar los diálogos estancados sobre agricultura, inspecciones agroalimentarias, inversión en tecnologías limpias y, de manera crucial, el Acuerdo de Aviación Canadá-China, que lleva tiempo inactivo y facilita vuelos adicionales de pasajeros y carga. Los consejos empresariales que representan a exportadores de canola, cerdo y langosta acogieron rápidamente este cambio de tono, señalando que las visas de viaje para inspectores agroalimentarios canadienses han enfrentado largos tiempos de procesamiento desde 2021.
Los diplomáticos advierten que el progreso sustantivo dependerá de abordar las preocupaciones pendientes sobre derechos humanos y seguridad, incluyendo las supuestas redes de interferencia extranjera en Canadá. No obstante, la reanudación de las conversaciones a nivel operativo podría aliviar las dificultades de viaje para ejecutivos y estudiantes que se desplazan entre ambos países. Antes de la pandemia, China representaba casi una cuarta parte del mercado canadiense de viajes de negocios de larga distancia.
Para las empresas multinacionales, la recomendación inmediata es estar atentos a los próximos avisos del IRCC y de la Embajada china en Ottawa sobre posibles flexibilizaciones en los retrasos para citas de visas o en los requisitos de cuarentena. Los equipos de gestión de riesgos de viaje también deberían revisar los planes de contingencia para empleados en la Gran China, a medida que evolucionan las dinámicas geopolíticas.
Si se maneja con cuidado, una distensión calibrada podría restaurar la capacidad aérea bilateral, reducir las filas para visas de negocios y reabrir las vías para que las universidades canadienses vuelvan a captar a estudiantes chinos de posgrado, un grupo que ha disminuido más del 35 % desde 2020.
Aunque no se mencionaron sectores específicos, las autoridades canadienses ven una oportunidad para reactivar los diálogos estancados sobre agricultura, inspecciones agroalimentarias, inversión en tecnologías limpias y, de manera crucial, el Acuerdo de Aviación Canadá-China, que lleva tiempo inactivo y facilita vuelos adicionales de pasajeros y carga. Los consejos empresariales que representan a exportadores de canola, cerdo y langosta acogieron rápidamente este cambio de tono, señalando que las visas de viaje para inspectores agroalimentarios canadienses han enfrentado largos tiempos de procesamiento desde 2021.
Los diplomáticos advierten que el progreso sustantivo dependerá de abordar las preocupaciones pendientes sobre derechos humanos y seguridad, incluyendo las supuestas redes de interferencia extranjera en Canadá. No obstante, la reanudación de las conversaciones a nivel operativo podría aliviar las dificultades de viaje para ejecutivos y estudiantes que se desplazan entre ambos países. Antes de la pandemia, China representaba casi una cuarta parte del mercado canadiense de viajes de negocios de larga distancia.
Para las empresas multinacionales, la recomendación inmediata es estar atentos a los próximos avisos del IRCC y de la Embajada china en Ottawa sobre posibles flexibilizaciones en los retrasos para citas de visas o en los requisitos de cuarentena. Los equipos de gestión de riesgos de viaje también deberían revisar los planes de contingencia para empleados en la Gran China, a medida que evolucionan las dinámicas geopolíticas.
Si se maneja con cuidado, una distensión calibrada podría restaurar la capacidad aérea bilateral, reducir las filas para visas de negocios y reabrir las vías para que las universidades canadienses vuelvan a captar a estudiantes chinos de posgrado, un grupo que ha disminuido más del 35 % desde 2020.











