
El prolongado esfuerzo de Suiza por estabilizar su relación con la Unión Europea dio un paso decisivo el 11 de noviembre de 2025, cuando se filtraron en Berna los detalles de un nuevo acuerdo institucional de 1.800 páginas. Entre las disposiciones más destacadas se encuentra una cláusula que otorgaría a los ciudadanos de la UE el derecho a obtener un **“permiso de asentamiento” (permiso C)** automáticamente tras cinco años consecutivos de residencia legal en Suiza, sin necesidad de pasar los exámenes de idioma o integración que actualmente se exigen.
De ser ratificada, esta medida podría transformar el estatus legal de aproximadamente **700.000 ciudadanos de la UE que ya cumplen con el requisito de cinco años**, convirtiendo el actual permiso B renovable en un estatus permanente que garantiza acceso ilimitado al mercado laboral suizo y a los beneficios sociales. Las asociaciones empresariales recibieron con agrado la iniciativa, argumentando que facilitar un estatus a largo plazo ayudará a las empresas a retener talento en un mercado laboral con escasez aguda de habilidades, especialmente en los clústeres de ciencias de la vida alrededor de Basilea y en la floreciente escena fintech de Zúrich.
La propuesta forma parte de un paquete más amplio diseñado para asegurar el acceso privilegiado y continuo de Suiza al mercado único de la UE, a cambio de una mayor alineación con las normas europeas sobre ayudas estatales, libre circulación y resolución de disputas. Los críticos, encabezados por el derechista Partido Popular Suizo (SVP), advierten que la permanencia incondicional podría provocar un aumento masivo de la inmigración y presionar la vivienda, la sanidad y la infraestructura de transporte. Ya han amenazado con convocar un referéndum, un factor siempre imprevisible en la política suiza.
Para los gestores de movilidad internacional, el posible cambio es muy relevante. Actualmente, los trabajadores desplazados de la UE enfrentan incertidumbre tras cinco años, ya que la conversión del permiso B al permiso C depende de la discreción de las autoridades cantonales y del cumplimiento de criterios de integración. Si el acuerdo se aprueba, los equipos de recursos humanos podrían planificar **asignaciones a largo plazo sin interrupciones y una reunificación familiar más rápida**, mientras que los empleados disfrutarían de mayor portabilidad al cambiar de cantón o de empleador. No obstante, las empresas deben prepararse para un periodo de transición; el Consejo Federal ha indicado que la nueva norma de residencia no entraría en vigor antes de 2027, sujeto a la aprobación parlamentaria en Berna y Bruselas y, muy probablemente, a una votación popular.
En términos prácticos, los empleadores deberían comenzar a auditar a su plantilla de la UE para identificar a quienes cumplirán cinco años entre 2026 y 2027 y presupuestar posibles actualizaciones de estatus legal. También deben estar atentos a la legislación complementaria sobre coordinación de la seguridad social, ya que la residencia permanente podría implicar nuevas obligaciones en pensiones o seguros de salud. Finalmente, los equipos de movilidad deberían iniciar pronto el diálogo con las autoridades cantonales, muchas de las cuales necesitarán recursos adicionales para gestionar el volumen de expediciones automáticas de permisos C una vez que la reforma entre en vigor.
De ser ratificada, esta medida podría transformar el estatus legal de aproximadamente **700.000 ciudadanos de la UE que ya cumplen con el requisito de cinco años**, convirtiendo el actual permiso B renovable en un estatus permanente que garantiza acceso ilimitado al mercado laboral suizo y a los beneficios sociales. Las asociaciones empresariales recibieron con agrado la iniciativa, argumentando que facilitar un estatus a largo plazo ayudará a las empresas a retener talento en un mercado laboral con escasez aguda de habilidades, especialmente en los clústeres de ciencias de la vida alrededor de Basilea y en la floreciente escena fintech de Zúrich.
La propuesta forma parte de un paquete más amplio diseñado para asegurar el acceso privilegiado y continuo de Suiza al mercado único de la UE, a cambio de una mayor alineación con las normas europeas sobre ayudas estatales, libre circulación y resolución de disputas. Los críticos, encabezados por el derechista Partido Popular Suizo (SVP), advierten que la permanencia incondicional podría provocar un aumento masivo de la inmigración y presionar la vivienda, la sanidad y la infraestructura de transporte. Ya han amenazado con convocar un referéndum, un factor siempre imprevisible en la política suiza.
Para los gestores de movilidad internacional, el posible cambio es muy relevante. Actualmente, los trabajadores desplazados de la UE enfrentan incertidumbre tras cinco años, ya que la conversión del permiso B al permiso C depende de la discreción de las autoridades cantonales y del cumplimiento de criterios de integración. Si el acuerdo se aprueba, los equipos de recursos humanos podrían planificar **asignaciones a largo plazo sin interrupciones y una reunificación familiar más rápida**, mientras que los empleados disfrutarían de mayor portabilidad al cambiar de cantón o de empleador. No obstante, las empresas deben prepararse para un periodo de transición; el Consejo Federal ha indicado que la nueva norma de residencia no entraría en vigor antes de 2027, sujeto a la aprobación parlamentaria en Berna y Bruselas y, muy probablemente, a una votación popular.
En términos prácticos, los empleadores deberían comenzar a auditar a su plantilla de la UE para identificar a quienes cumplirán cinco años entre 2026 y 2027 y presupuestar posibles actualizaciones de estatus legal. También deben estar atentos a la legislación complementaria sobre coordinación de la seguridad social, ya que la residencia permanente podría implicar nuevas obligaciones en pensiones o seguros de salud. Finalmente, los equipos de movilidad deberían iniciar pronto el diálogo con las autoridades cantonales, muchas de las cuales necesitarán recursos adicionales para gestionar el volumen de expediciones automáticas de permisos C una vez que la reforma entre en vigor.










