
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU. (USCIS) ha comenzado a emitir “Solicitudes de Evidencia” (RFEs) que ordenan a los empleadores presentar el nuevo pago de 100,000 dólares en cada nueva petición H-1B. Esta tarifa fue autorizada por la proclamación del presidente Trump del 19 de septiembre y entró en vigor a las 12:01 a.m. EDT del 21 de septiembre, pero el envío de este lunes es la primera vez que las empresas reciben notificaciones formales de pago. Abogados reportan que las RFEs han llegado incluso en casos exentos del cupo y en extensiones, lo que sugiere que los funcionarios aún están interpretando las complejas directrices distribuidas entre las agencias.
Según la proclamación, los empleadores pueden solicitar una exención por “interés nacional” o “startup”, pero los criterios aún no han sido establecidos. Como resultado, los equipos de recursos humanos y movilidad enfrentan una decisión imposible: transferir pagos de seis cifras para empleados que podrían no superar las verificaciones de seguridad, o arriesgarse a retrasar fechas críticas de inicio de proyectos mientras esperan reglas aclaratorias. En el sector tecnológico —donde los nacionales indios representan aproximadamente el 70% de los titulares de H-1B— este costo inesperado está afectando las previsiones de personal, con algunas empresas congelando contrataciones externas hasta que se resuelva la litigación.
Los abogados de inmigración anticipan un aumento significativo en demandas colectivas relacionadas con esta tarifa. Al menos tres demandas presentadas en California y el Distrito de Columbia argumentan que el presidente excedió su autoridad bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad y violó la Ley de Procedimiento Administrativo al omitir el proceso de notificación y comentarios. Una orden judicial preliminar podría emitirse en semanas, pero hasta entonces los empleadores deben decidir si pagan o detienen los procesos.
Las implicaciones prácticas para la movilidad global son inmediatas.
• Presupuesto: los empleadores multinacionales que presentan docenas de solicitudes H-1B cada temporada deben encontrar millones en efectivo no planificado o retrasar proyectos.
• Planes de viaje: los beneficiarios fuera de EE. UU. no pueden abordar vuelos hasta que se haya pagado la tarifa y se emita una notificación de aprobación, generando cuellos de botella para incorporaciones en enero.
• Equidad: la tarifa convierte a EE. UU. en uno de los destinos más caros para talento extranjero, lo que podría desviar a trabajadores STEM hacia Canadá o Reino Unido.
Se recomienda a las empresas monitorear las RFEs diariamente, consultar con sus abogados antes de realizar pagos y preparar estrategias alternativas de ubicación laboral (por ejemplo, centros nearshore) para personal crítico en caso de que se demore el alivio judicial.
Según la proclamación, los empleadores pueden solicitar una exención por “interés nacional” o “startup”, pero los criterios aún no han sido establecidos. Como resultado, los equipos de recursos humanos y movilidad enfrentan una decisión imposible: transferir pagos de seis cifras para empleados que podrían no superar las verificaciones de seguridad, o arriesgarse a retrasar fechas críticas de inicio de proyectos mientras esperan reglas aclaratorias. En el sector tecnológico —donde los nacionales indios representan aproximadamente el 70% de los titulares de H-1B— este costo inesperado está afectando las previsiones de personal, con algunas empresas congelando contrataciones externas hasta que se resuelva la litigación.
Los abogados de inmigración anticipan un aumento significativo en demandas colectivas relacionadas con esta tarifa. Al menos tres demandas presentadas en California y el Distrito de Columbia argumentan que el presidente excedió su autoridad bajo la Ley de Inmigración y Nacionalidad y violó la Ley de Procedimiento Administrativo al omitir el proceso de notificación y comentarios. Una orden judicial preliminar podría emitirse en semanas, pero hasta entonces los empleadores deben decidir si pagan o detienen los procesos.
Las implicaciones prácticas para la movilidad global son inmediatas.
• Presupuesto: los empleadores multinacionales que presentan docenas de solicitudes H-1B cada temporada deben encontrar millones en efectivo no planificado o retrasar proyectos.
• Planes de viaje: los beneficiarios fuera de EE. UU. no pueden abordar vuelos hasta que se haya pagado la tarifa y se emita una notificación de aprobación, generando cuellos de botella para incorporaciones en enero.
• Equidad: la tarifa convierte a EE. UU. en uno de los destinos más caros para talento extranjero, lo que podría desviar a trabajadores STEM hacia Canadá o Reino Unido.
Se recomienda a las empresas monitorear las RFEs diariamente, consultar con sus abogados antes de realizar pagos y preparar estrategias alternativas de ubicación laboral (por ejemplo, centros nearshore) para personal crítico en caso de que se demore el alivio judicial.








