
La controversia en torno a una serie de manifestaciones planificadas bajo el lema ‘Australia Primero’ se intensificó durante la noche, cuando la senadora del Territorio del Norte, Jacinta Nampijinpa Price, confirmó que ya no encabezará el evento en Sídney. La diputada liberal había promocionado su participación en redes sociales el viernes, elogiando a los organizadores que se oponen a la “inmigración masiva”, pero eliminó las publicaciones en menos de 24 horas tras las consultas de los medios que destacaron la participación del activista británico de extrema derecha Tommy Robinson.
Robinson —fundador de la English Defence League y condenado por múltiples delitos contra el orden público— tiene previsto emitir un mensaje en video pregrabado. Los organizadores, Monica Smit y otros miembros del movimiento ‘libertad’ surgido durante la pandemia, están convocando manifestaciones en Sídney, Melbourne y Brisbane para el 29 de noviembre. Insisten en que los grupos neonazis no serán bienvenidos, distanciando los eventos de las protestas violentas de agosto que atrajeron a participantes extremistas.
La oficina de Price citó “compromisos personales”, pero los analistas políticos señalan su reciente relegación del frente parlamentario de la Coalición tras acusaciones no fundamentadas de que la política migratoria del Laborismo apuntaba a grupos étnicos específicos. Este cambio de postura subraya la sensibilidad del discurso migratorio en medio de la creciente preocupación pública por la vivienda y el crecimiento demográfico.
Para los actores del sector movilidad, el incidente es un recordatorio de que la inmigración sigue siendo un tema conflictivo en la política australiana. Aunque es poco probable que las manifestaciones modifiquen las políticas, podrían intensificar el debate público antes de la revisión de la estrategia migratoria del Gobierno prevista para diciembre. Las empresas que trasladan personal a Australia deberían monitorear el sentimiento comunitario ante posibles interrupciones relacionadas con protestas en las zonas céntricas a fin de mes.
Las fuerzas de seguridad están evaluando las solicitudes de permisos; expertos en visas señalan que a Robinson casi con certeza se le negaría la entrada, de ahí la solución del video. Este episodio podría reavivar los llamados a endurecer las pruebas de carácter y a exigir mayor transparencia en redes sociales para los organizadores de eventos.
Robinson —fundador de la English Defence League y condenado por múltiples delitos contra el orden público— tiene previsto emitir un mensaje en video pregrabado. Los organizadores, Monica Smit y otros miembros del movimiento ‘libertad’ surgido durante la pandemia, están convocando manifestaciones en Sídney, Melbourne y Brisbane para el 29 de noviembre. Insisten en que los grupos neonazis no serán bienvenidos, distanciando los eventos de las protestas violentas de agosto que atrajeron a participantes extremistas.
La oficina de Price citó “compromisos personales”, pero los analistas políticos señalan su reciente relegación del frente parlamentario de la Coalición tras acusaciones no fundamentadas de que la política migratoria del Laborismo apuntaba a grupos étnicos específicos. Este cambio de postura subraya la sensibilidad del discurso migratorio en medio de la creciente preocupación pública por la vivienda y el crecimiento demográfico.
Para los actores del sector movilidad, el incidente es un recordatorio de que la inmigración sigue siendo un tema conflictivo en la política australiana. Aunque es poco probable que las manifestaciones modifiquen las políticas, podrían intensificar el debate público antes de la revisión de la estrategia migratoria del Gobierno prevista para diciembre. Las empresas que trasladan personal a Australia deberían monitorear el sentimiento comunitario ante posibles interrupciones relacionadas con protestas en las zonas céntricas a fin de mes.
Las fuerzas de seguridad están evaluando las solicitudes de permisos; expertos en visas señalan que a Robinson casi con certeza se le negaría la entrada, de ahí la solución del video. Este episodio podría reavivar los llamados a endurecer las pruebas de carácter y a exigir mayor transparencia en redes sociales para los organizadores de eventos.








