
La Asamblea Nacional de Francia ha dado su primer paso concreto para que los jubilados extranjeros acomodados contribuyan directamente al sistema público de salud del país. En la madrugada del 9 de noviembre, los diputados aprobaron una enmienda al presupuesto de seguridad social de 2026 que impondría una tasa obligatoria para los titulares del visado de larga estancia “visitante” (visa de long séjour – visiteur).
Este visado es popular entre pensionistas no pertenecientes a la UE, especialmente estadounidenses, que desean vivir en Francia sin realizar actividades laborales remuneradas. Actualmente, pueden inscribirse en el sistema universal de salud francés (Protection universelle maladie, o Puma) tras tres meses de residencia, sin pagar más que las cotizaciones sociales habituales sobre ingresos de inversiones.
El diputado centrista François Gernigon, autor de la medida, calificó la situación actual como “una anomalía”, señalando que algunos promotores ya publicitan Francia como un paraíso para jubilados que ofrece “atención médica de primer nivel gratis”. La enmienda fue aprobada con 176 votos a favor y 79 en contra, con el respaldo del bloque Renaissance del presidente Macron, los conservadores Républicains y el ultraderechista Rassemblement National. Los partidos de izquierda la rechazaron por considerarla discriminatoria; los diputados verdes advirtieron que podría disuadir a extranjeros adinerados que sostienen los mercados inmobiliarios rurales.
El coste exacto se fijará por decreto, pero la ministra de Presupuesto, Amélie de Montchalin, sugirió una contribución anual fija ajustada al coste de la cobertura Puma. Los jubilados de países con acuerdos bilaterales de seguridad social con Francia (notablemente el Reino Unido, a través del esquema S1) seguirán exentos. Además, una cláusula de salvaguarda protege a los refugiados.
Para los gestores de movilidad global y reubicación, este cambio, si es confirmado por el Senado y el Consejo Constitucional, aumentará el coste de mantener a empleados estadounidenses que se jubilen en Francia. Las empresas podrían tener que renegociar los paquetes con empleados de larga trayectoria que planeaban quedarse en el país con visados de visitante, y los asesores en gestión patrimonial deberán incluir esta tasa al comparar Francia con Portugal, España o Italia como destinos para la jubilación.
Este visado es popular entre pensionistas no pertenecientes a la UE, especialmente estadounidenses, que desean vivir en Francia sin realizar actividades laborales remuneradas. Actualmente, pueden inscribirse en el sistema universal de salud francés (Protection universelle maladie, o Puma) tras tres meses de residencia, sin pagar más que las cotizaciones sociales habituales sobre ingresos de inversiones.
El diputado centrista François Gernigon, autor de la medida, calificó la situación actual como “una anomalía”, señalando que algunos promotores ya publicitan Francia como un paraíso para jubilados que ofrece “atención médica de primer nivel gratis”. La enmienda fue aprobada con 176 votos a favor y 79 en contra, con el respaldo del bloque Renaissance del presidente Macron, los conservadores Républicains y el ultraderechista Rassemblement National. Los partidos de izquierda la rechazaron por considerarla discriminatoria; los diputados verdes advirtieron que podría disuadir a extranjeros adinerados que sostienen los mercados inmobiliarios rurales.
El coste exacto se fijará por decreto, pero la ministra de Presupuesto, Amélie de Montchalin, sugirió una contribución anual fija ajustada al coste de la cobertura Puma. Los jubilados de países con acuerdos bilaterales de seguridad social con Francia (notablemente el Reino Unido, a través del esquema S1) seguirán exentos. Además, una cláusula de salvaguarda protege a los refugiados.
Para los gestores de movilidad global y reubicación, este cambio, si es confirmado por el Senado y el Consejo Constitucional, aumentará el coste de mantener a empleados estadounidenses que se jubilen en Francia. Las empresas podrían tener que renegociar los paquetes con empleados de larga trayectoria que planeaban quedarse en el país con visados de visitante, y los asesores en gestión patrimonial deberán incluir esta tasa al comparar Francia con Portugal, España o Italia como destinos para la jubilación.









