
El cierre parcial del gobierno federal de Estados Unidos está afectando a la aviación global, con más de 2,500 vuelos cancelados solo el 9 de noviembre de 2025, después de que la Administración Federal de Aviación (FAA) ordenara a las aerolíneas reducir sus horarios en 40 aeropuertos principales. El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió que las reducciones podrían aumentar hasta un 20 % la próxima semana si el Congreso no aprueba un proyecto de ley de financiamiento.
Para los australianos, el momento no podría ser peor. Qantas, Virgin Australia y United han cancelado o reprogramado conjuntamente nueve vuelos transpacíficos en las próximas 48 horas, citando excesos en los tiempos de servicio de la tripulación debido a retrasos en tierra en Los Ángeles, San Francisco y Dallas–Fort Worth. La agencia de viajes corporativos FCM informa que al menos 4,300 pasajeros de negocios australianos debían transitar por esos hubs esta semana para asistir a conferencias previas al período de Acción de Gracias en EE. UU. Los viajeros con reuniones urgentes están siendo redirigidos vía Vancouver y Tokio, pero la disponibilidad de asientos es cada vez menor y los itinerarios promedio se extienden 11 horas más.
Los flujos de carga aérea también se ven afectados. Los exportadores australianos de carne vacuna refrigerada y langosta viva —productos de alto valor que se transportan en la bodega de los aviones de pasajeros— enfrentan riesgos de deterioro y penalizaciones contractuales. El operador logístico Toll Global Logistics recomendó a los exportadores activar planes de contingencia para enviar perecederos a través de Honolulu o Auckland hasta que se levanten las restricciones de la FAA.
Las aseguradoras nib Travel y Cover-More han declarado el cierre como un “evento conocido”, lo que significa que las nuevas pólizas no cubrirán los costos derivados de futuras cancelaciones. Se recomienda a los gestores de movilidad que trasladan personal a proyectos en EE. UU. reservar tarifas totalmente flexibles, prever un margen de dos días antes del inicio de actividades y estar atentos a los avisos sindicales, ya que se reporta un aumento en las ausencias por enfermedad de controladores aéreos no remunerados.
Si el estancamiento persiste, los analistas del CAPA – Centro de Aviación prevén un efecto dominó en la red doméstica australiana, ya que los aviones de fuselaje ancho serán reasignados para cubrir las rotaciones de vuelos internacionales retrasados, reduciendo la capacidad en la costa este hasta en un 6 % durante las últimas dos semanas de noviembre.
Para los australianos, el momento no podría ser peor. Qantas, Virgin Australia y United han cancelado o reprogramado conjuntamente nueve vuelos transpacíficos en las próximas 48 horas, citando excesos en los tiempos de servicio de la tripulación debido a retrasos en tierra en Los Ángeles, San Francisco y Dallas–Fort Worth. La agencia de viajes corporativos FCM informa que al menos 4,300 pasajeros de negocios australianos debían transitar por esos hubs esta semana para asistir a conferencias previas al período de Acción de Gracias en EE. UU. Los viajeros con reuniones urgentes están siendo redirigidos vía Vancouver y Tokio, pero la disponibilidad de asientos es cada vez menor y los itinerarios promedio se extienden 11 horas más.
Los flujos de carga aérea también se ven afectados. Los exportadores australianos de carne vacuna refrigerada y langosta viva —productos de alto valor que se transportan en la bodega de los aviones de pasajeros— enfrentan riesgos de deterioro y penalizaciones contractuales. El operador logístico Toll Global Logistics recomendó a los exportadores activar planes de contingencia para enviar perecederos a través de Honolulu o Auckland hasta que se levanten las restricciones de la FAA.
Las aseguradoras nib Travel y Cover-More han declarado el cierre como un “evento conocido”, lo que significa que las nuevas pólizas no cubrirán los costos derivados de futuras cancelaciones. Se recomienda a los gestores de movilidad que trasladan personal a proyectos en EE. UU. reservar tarifas totalmente flexibles, prever un margen de dos días antes del inicio de actividades y estar atentos a los avisos sindicales, ya que se reporta un aumento en las ausencias por enfermedad de controladores aéreos no remunerados.
Si el estancamiento persiste, los analistas del CAPA – Centro de Aviación prevén un efecto dominó en la red doméstica australiana, ya que los aviones de fuselaje ancho serán reasignados para cubrir las rotaciones de vuelos internacionales retrasados, reduciendo la capacidad en la costa este hasta en un 6 % durante las últimas dos semanas de noviembre.








