
Del 6 al 8 de noviembre, Dortmund fue sede de VisionItaly 2025, un foro de tres días que celebró el 70º aniversario del tratado italo-alemán de reclutamiento de 1955 y analizó el futuro de los flujos circulares de talento entre ambas economías. Organizado por el Com.It.Es. y el Consiglio Generale degli Italiani all’Estero (CGIE), el evento reunió a diplomáticos, científicos y empresarios que abordaron temas desde la reforma de la doble ciudadanía hasta las visas para start-ups.
Las ponencias de la Embajada de Italia en Berlín destacaron que más de 830,000 italianos están oficialmente registrados en Alemania, un aumento del 12 % desde 2018, con concentraciones en polos de ingeniería como Baviera y Renania del Norte-Westfalia. Los panelistas defendieron que los incentivos fiscales del régimen italiano de “rientro cervelli” deberían extenderse más allá de cinco años para atraer de nuevo a profesionales altamente cualificados.
Un taller sobre servicios consulares puso de relieve la crónica escasez de citas para renovar pasaportes en los consulados de Frankfurt y Múnich. El CGIE propuso un portal nacional único para coordinar las reservas, siguiendo el modelo británico GOV.UK, y se comprometió a entregar un estudio de viabilidad al ministerio de exteriores antes de febrero de 2026.
Para los empleadores, la conclusión práctica fue la creciente importancia de reconocer las contribuciones transfronterizas a pensiones y seguridad social. Varias pymes se quejaron de que los acuerdos bilaterales fragmentados dificultan la asignación temporal de ingenieros sin generar contribuciones dobles. Los funcionarios insinuaron que un nuevo protocolo italo-alemán, a negociar en 2026, podría simplificar los beneficios portátiles.
El foro concluyó con la entrega simbólica de un contrato laboral de 1955 a un grupo de emprendedores de segunda generación, subrayando el cambio de la migración de baja cualificación a la movilidad de alta especialización. Las empresas con operaciones en ambos mercados deben estar atentas a las propuestas políticas que se avecinan, las cuales podrían facilitar el desplazamiento de trabajadores y acelerar los procesos de ciudadanía para residentes de largo plazo.
Las ponencias de la Embajada de Italia en Berlín destacaron que más de 830,000 italianos están oficialmente registrados en Alemania, un aumento del 12 % desde 2018, con concentraciones en polos de ingeniería como Baviera y Renania del Norte-Westfalia. Los panelistas defendieron que los incentivos fiscales del régimen italiano de “rientro cervelli” deberían extenderse más allá de cinco años para atraer de nuevo a profesionales altamente cualificados.
Un taller sobre servicios consulares puso de relieve la crónica escasez de citas para renovar pasaportes en los consulados de Frankfurt y Múnich. El CGIE propuso un portal nacional único para coordinar las reservas, siguiendo el modelo británico GOV.UK, y se comprometió a entregar un estudio de viabilidad al ministerio de exteriores antes de febrero de 2026.
Para los empleadores, la conclusión práctica fue la creciente importancia de reconocer las contribuciones transfronterizas a pensiones y seguridad social. Varias pymes se quejaron de que los acuerdos bilaterales fragmentados dificultan la asignación temporal de ingenieros sin generar contribuciones dobles. Los funcionarios insinuaron que un nuevo protocolo italo-alemán, a negociar en 2026, podría simplificar los beneficios portátiles.
El foro concluyó con la entrega simbólica de un contrato laboral de 1955 a un grupo de emprendedores de segunda generación, subrayando el cambio de la migración de baja cualificación a la movilidad de alta especialización. Las empresas con operaciones en ambos mercados deben estar atentas a las propuestas políticas que se avecinan, las cuales podrían facilitar el desplazamiento de trabajadores y acelerar los procesos de ciudadanía para residentes de largo plazo.








