
La Oficina Federal para la Migración y los Refugiados de Alemania (BAMF) ha comenzado discretamente a aplicar criterios mucho más estrictos para evaluar a los nuevos llegados desde Siria. Estadísticas internas publicadas el 8 de noviembre revelan que en octubre se rechazaron 1,906 solicitudes de asilo de sirios por primera vez, cifra que supera el total combinado de los primeros nueve meses del año.
Este aumento drástico se produce tras semanas de presión política sobre la coalición conservadora-socialdemócrata del canciller Friedrich Merz para frenar la migración irregular antes de las cinco elecciones estatales de 2026. Hasta ahora, los sirios gozaban de altas tasas de reconocimiento debido a la prolongada guerra civil en su país. Berlín sostiene que la caída del régimen de Assad en diciembre de 2024 y un alto el fuego mediado por la ONU han cambiado el “perfil de riesgo del país de origen”. Sin embargo, ONG de derechos humanos cuestionan esta evaluación, señalando la persistencia de carencias humanitarias y arrestos selectivos por parte de las nuevas autoridades sirias.
Para los responsables de movilidad corporativa, este cambio implica que el personal con pasaporte sirio —a menudo empleado en Alemania con Tarjetas Azules o como subcontratados— podría ver sus solicitudes de reunificación familiar o de extensión de estatus sometidas a un escrutinio más riguroso o a demoras en el procesamiento. Las empresas que contratan a profesionales sirios de TI y salud deben prepararse para un mayor riesgo de rechazo, contemplar plazos más largos o explorar otras categorías de permisos de trabajo.
Despachos legales reportan un aumento en las “remonstraciones” (recursos administrativos) y prevén que los tribunales se saturen con impugnaciones, lo que podría retrasar las resoluciones finales por meses. Se recomienda a los empleadores revisar las cláusulas contractuales vinculadas al estatus de residencia, asegurar planes de contingencia en el personal y, cuando sea posible, patrocinar solicitudes de cambio de estatus dentro del país para evitar denegaciones en la reentrada.
Al mismo tiempo, los municipios alemanes —ya enfrentando escasez de vivienda— respaldan la postura más estricta, argumentando que los presupuestos de integración, ya sobrecargados, deben centrarse en refugiados con perspectivas claras a largo plazo. El Ministerio del Interior anuncia que en diciembre publicará nuevas directrices para Siria y ha ordenado a la BAMF resolver todos los casos pendientes “en un plazo de ocho semanas” para restablecer la seguridad jurídica.
Este aumento drástico se produce tras semanas de presión política sobre la coalición conservadora-socialdemócrata del canciller Friedrich Merz para frenar la migración irregular antes de las cinco elecciones estatales de 2026. Hasta ahora, los sirios gozaban de altas tasas de reconocimiento debido a la prolongada guerra civil en su país. Berlín sostiene que la caída del régimen de Assad en diciembre de 2024 y un alto el fuego mediado por la ONU han cambiado el “perfil de riesgo del país de origen”. Sin embargo, ONG de derechos humanos cuestionan esta evaluación, señalando la persistencia de carencias humanitarias y arrestos selectivos por parte de las nuevas autoridades sirias.
Para los responsables de movilidad corporativa, este cambio implica que el personal con pasaporte sirio —a menudo empleado en Alemania con Tarjetas Azules o como subcontratados— podría ver sus solicitudes de reunificación familiar o de extensión de estatus sometidas a un escrutinio más riguroso o a demoras en el procesamiento. Las empresas que contratan a profesionales sirios de TI y salud deben prepararse para un mayor riesgo de rechazo, contemplar plazos más largos o explorar otras categorías de permisos de trabajo.
Despachos legales reportan un aumento en las “remonstraciones” (recursos administrativos) y prevén que los tribunales se saturen con impugnaciones, lo que podría retrasar las resoluciones finales por meses. Se recomienda a los empleadores revisar las cláusulas contractuales vinculadas al estatus de residencia, asegurar planes de contingencia en el personal y, cuando sea posible, patrocinar solicitudes de cambio de estatus dentro del país para evitar denegaciones en la reentrada.
Al mismo tiempo, los municipios alemanes —ya enfrentando escasez de vivienda— respaldan la postura más estricta, argumentando que los presupuestos de integración, ya sobrecargados, deben centrarse en refugiados con perspectivas claras a largo plazo. El Ministerio del Interior anuncia que en diciembre publicará nuevas directrices para Siria y ha ordenado a la BAMF resolver todos los casos pendientes “en un plazo de ocho semanas” para restablecer la seguridad jurídica.








