
También el 7 de noviembre de 2025, la senadora Marie-Claude Lermytte (UDI) presentó la enmienda n.º 35 durante el debate en la Cámara Alta sobre el proyecto de ley antifraude. Su propuesta obligaría a los departamentos a pagar todas las prestaciones sociales vinculadas a la residencia —incluida la ayuda a la autonomía personal (APA) y la prestación de compensación por discapacidad (PCH)— únicamente en cuentas bancarias ubicadas en Francia o dentro de la zona SEPA. Actualmente, este requisito bancario se aplica a las prestaciones a nivel nacional, pero no a las distribuidas por los departamentos, lo que, según la senadora, crea “un vacío legal fácilmente explotable mediante cuentas en el extranjero”.
El objetivo es dificultar que beneficiarios no elegibles —a menudo no residentes o personas que han abandonado Francia de forma permanente— sigan cobrando estas ayudas. La enmienda cuenta con apoyo transversal en un contexto de encuestas que reflejan la preocupación pública por las fugas en el sistema de bienestar social. Los críticos señalan que muchos migrantes recientes, especialmente refugiados, podrían no tener aún acceso a una cuenta bancaria francesa y enfrentarse a retrasos en los pagos. El Gobierno ha tomado la enmienda “en consideración”, a la espera de una evaluación de impacto que se presentará antes de la votación final en el Senado, prevista para el 13 de noviembre.
Para los empleadores que gestionan nóminas de expatriados, este cambio reforzará la necesidad de que el personal abra cuentas bancarias francesas o compatibles con SEPA con rapidez para recibir cualquier prestación familiar o por discapacidad. Los equipos de movilidad deberían revisar las listas de verificación de reubicación, especialmente para los padres dependientes de los asignados que dependen de la APA o la PCH.
El objetivo es dificultar que beneficiarios no elegibles —a menudo no residentes o personas que han abandonado Francia de forma permanente— sigan cobrando estas ayudas. La enmienda cuenta con apoyo transversal en un contexto de encuestas que reflejan la preocupación pública por las fugas en el sistema de bienestar social. Los críticos señalan que muchos migrantes recientes, especialmente refugiados, podrían no tener aún acceso a una cuenta bancaria francesa y enfrentarse a retrasos en los pagos. El Gobierno ha tomado la enmienda “en consideración”, a la espera de una evaluación de impacto que se presentará antes de la votación final en el Senado, prevista para el 13 de noviembre.
Para los empleadores que gestionan nóminas de expatriados, este cambio reforzará la necesidad de que el personal abra cuentas bancarias francesas o compatibles con SEPA con rapidez para recibir cualquier prestación familiar o por discapacidad. Los equipos de movilidad deberían revisar las listas de verificación de reubicación, especialmente para los padres dependientes de los asignados que dependen de la APA o la PCH.








