
Dos propietarias de restaurantes en Brisbane, ambas residentes permanentes australianas de 39 y 40 años, fueron arrestadas el 7 de noviembre tras una investigación del Equipo de Trata de Personas de la AFP (HTT) que las acusa de obligar a una trabajadora migrante a realizar tareas no contratadas y de exigirle el pago de una “tarifa de patrocinio” inflada de 60,000 dólares australianos.
Las mujeres enfrentan cargos por trabajo forzado según la sección 270.6A(1) y por servidumbre por deudas según la sección 270.7C del Código Penal, con penas máximas de 12 y 7 años respectivamente.
La investigación comenzó en abril de 2024 cuando la Oficina del Trabajo Justo (FWO) alertó a la policía federal sobre una posible explotación en el restaurante de las acusadas en Manly West. Las órdenes de registro ejecutadas en agosto de 2025 revelaron documentos que indicaban amenazas de cancelar la visa subclass 482 de la trabajadora si no cumplía con jornadas excesivas y tareas domésticas ajenas a su empleo.
Las autoridades subrayaron que solo el Departamento de Asuntos Internos, y no el empleador, puede cancelar una visa, instando a los migrantes temporales a denunciar abusos sin temor a perder su estatus. La FWO y la AFP colaboran para obtener órdenes de recuperación de activos que puedan compensar a la víctima y disuadir a futuros infractores.
Para los equipos de movilidad global, este caso evidencia los riesgos legales y reputacionales cuando socios externos abusan de las vías de visas patrocinadas por empleadores en Australia. Las empresas deben auditar las prácticas laborales en su cadena de suministro y garantizar canales de denuncia accesibles para todo el personal migrante.
Las mujeres enfrentan cargos por trabajo forzado según la sección 270.6A(1) y por servidumbre por deudas según la sección 270.7C del Código Penal, con penas máximas de 12 y 7 años respectivamente.
La investigación comenzó en abril de 2024 cuando la Oficina del Trabajo Justo (FWO) alertó a la policía federal sobre una posible explotación en el restaurante de las acusadas en Manly West. Las órdenes de registro ejecutadas en agosto de 2025 revelaron documentos que indicaban amenazas de cancelar la visa subclass 482 de la trabajadora si no cumplía con jornadas excesivas y tareas domésticas ajenas a su empleo.
Las autoridades subrayaron que solo el Departamento de Asuntos Internos, y no el empleador, puede cancelar una visa, instando a los migrantes temporales a denunciar abusos sin temor a perder su estatus. La FWO y la AFP colaboran para obtener órdenes de recuperación de activos que puedan compensar a la víctima y disuadir a futuros infractores.
Para los equipos de movilidad global, este caso evidencia los riesgos legales y reputacionales cuando socios externos abusan de las vías de visas patrocinadas por empleadores en Australia. Las empresas deben auditar las prácticas laborales en su cadena de suministro y garantizar canales de denuncia accesibles para todo el personal migrante.









