
La Policía Federal Australiana (AFP) en Perth ha acusado a un residente permanente de 34 años, nacido en Sudán, por no mantener cargada de forma reiterada la batería de su monitor electrónico de tobillo ordenado por el tribunal, un delito según la sección 76D(3) de la Ley de Migración de 1958. Según un comunicado de prensa de la AFP del 7 de noviembre, el hombre ignoró múltiples alertas de batería baja entre el 1 de septiembre y el 13 de octubre de 2025, lo que impidió a las autoridades confirmar su paradero durante largos períodos.
El acusado recibió una citación el 5 de noviembre y compareció ante el Tribunal de Magistrados de Perth el 7 de noviembre. Los fiscales informaron al tribunal que la vigilancia electrónica es una herramienta clave para gestionar riesgos en no ciudadanos liberados de detención que esperan deportación o el resultado de apelaciones. Incumplir una condición de monitoreo conlleva una pena máxima de cinco años de prisión o una multa de 99,000 dólares australianos.
El caso pone de relieve el renovado enfoque del Gobierno Albanese en el cumplimiento de las condiciones de los titulares de visas tras un fallo del Tribunal Superior que limitó las opciones de detención indefinida. Interior ha reforzado las pruebas de protección comunitaria y ha señalado que el incumplimiento persistente, especialmente en casos con condenas penales graves, puede desencadenar la cancelación de la visa y la expulsión.
Para los gestores de movilidad internacional, esta acción de cumplimiento es un recordatorio de que los empleados patrocinados que cometan infracciones penales o civiles arriesgan tanto la deportación como daños reputacionales para sus empleadores. Las empresas deberían revisar sus protocolos de incorporación para asegurar que los trabajadores extranjeros comprendan las estrictas normas australianas de monitoreo tras la liberación.
El acusado recibió una citación el 5 de noviembre y compareció ante el Tribunal de Magistrados de Perth el 7 de noviembre. Los fiscales informaron al tribunal que la vigilancia electrónica es una herramienta clave para gestionar riesgos en no ciudadanos liberados de detención que esperan deportación o el resultado de apelaciones. Incumplir una condición de monitoreo conlleva una pena máxima de cinco años de prisión o una multa de 99,000 dólares australianos.
El caso pone de relieve el renovado enfoque del Gobierno Albanese en el cumplimiento de las condiciones de los titulares de visas tras un fallo del Tribunal Superior que limitó las opciones de detención indefinida. Interior ha reforzado las pruebas de protección comunitaria y ha señalado que el incumplimiento persistente, especialmente en casos con condenas penales graves, puede desencadenar la cancelación de la visa y la expulsión.
Para los gestores de movilidad internacional, esta acción de cumplimiento es un recordatorio de que los empleados patrocinados que cometan infracciones penales o civiles arriesgan tanto la deportación como daños reputacionales para sus empleadores. Las empresas deberían revisar sus protocolos de incorporación para asegurar que los trabajadores extranjeros comprendan las estrictas normas australianas de monitoreo tras la liberación.











