
Alemania despertó el domingo 9 de noviembre de 2025 con la mayor paralización del transporte de este año. El Sindicato de Maquinistas (GDL) inició una huelga de 24 horas a las 02:00, que paralizó alrededor del 80 % de los servicios de larga distancia e interurbanos operados por Deutsche Bahn. Las líneas regionales en Bremen, Baja Sajonia y Renania del Norte-Westfalia fueron las más afectadas, dejando a miles de viajeros y trabajadores atrapados en estaciones de todo el país.
Al mismo tiempo, el sindicato de tripulación de cabina UFO lanzó una huelga independiente de 48 horas en Lufthansa. El aeropuerto de Frankfurt canceló aproximadamente 600 vuelos de salida y llegada solo el domingo; Munich advirtió a los pasajeros que esperaran una ola similar de cancelaciones el lunes. La aerolínea ofreció reprogramaciones y vales para trenes, pero muchos pasajeros enfrentaron retrasos de entre 6 y 12 horas antes de que se dispusieran opciones alternativas.
Más allá de las molestias inmediatas para turistas y viajeros de ocio, las huelgas simultáneas representan un serio desafío para la economía alemana, fuertemente orientada a la exportación. Los fabricantes de automóviles y productos químicos dependen del brazo de carga de Deutsche Bahn, DB Cargo, para transportar piezas y productos terminados. El grupo industrial VCI advirtió que la paralización podría suponer “decenas de millones de euros” en pérdidas si se prolonga hasta la próxima semana. Messe Frankfurt, que acoge dos ferias comerciales internacionales esta semana, alertó sobre una menor asistencia de compradores extranjeros que no pueden llegar al recinto.
Ambos sindicatos exigen aumentos salariales de dos dígitos para compensar la inflación, así como una reducción de la jornada laboral. Intentos previos de Deutsche Bahn para bloquear la huelga ferroviaria en tribunales laborales fracasaron. Las negociaciones entre Lufthansa y UFO están programadas para el 12 de noviembre, pero el líder del GDL, Mario Reiß, advirtió que podrían producirse nuevas “oleadas de huelgas” si no surge una oferta. Los responsables de movilidad corporativa han aconsejado a los empleados cambiar a reuniones virtuales o posponer viajes no esenciales hasta mediados de semana.
Por ahora, las huelgas son un recordatorio contundente de la fragilidad del sistema de transporte alemán justo en el momento en que el país intenta posicionarse como un destino fiable para los viajes de negocios y la inversión extranjera en la era postpandemia.
Al mismo tiempo, el sindicato de tripulación de cabina UFO lanzó una huelga independiente de 48 horas en Lufthansa. El aeropuerto de Frankfurt canceló aproximadamente 600 vuelos de salida y llegada solo el domingo; Munich advirtió a los pasajeros que esperaran una ola similar de cancelaciones el lunes. La aerolínea ofreció reprogramaciones y vales para trenes, pero muchos pasajeros enfrentaron retrasos de entre 6 y 12 horas antes de que se dispusieran opciones alternativas.
Más allá de las molestias inmediatas para turistas y viajeros de ocio, las huelgas simultáneas representan un serio desafío para la economía alemana, fuertemente orientada a la exportación. Los fabricantes de automóviles y productos químicos dependen del brazo de carga de Deutsche Bahn, DB Cargo, para transportar piezas y productos terminados. El grupo industrial VCI advirtió que la paralización podría suponer “decenas de millones de euros” en pérdidas si se prolonga hasta la próxima semana. Messe Frankfurt, que acoge dos ferias comerciales internacionales esta semana, alertó sobre una menor asistencia de compradores extranjeros que no pueden llegar al recinto.
Ambos sindicatos exigen aumentos salariales de dos dígitos para compensar la inflación, así como una reducción de la jornada laboral. Intentos previos de Deutsche Bahn para bloquear la huelga ferroviaria en tribunales laborales fracasaron. Las negociaciones entre Lufthansa y UFO están programadas para el 12 de noviembre, pero el líder del GDL, Mario Reiß, advirtió que podrían producirse nuevas “oleadas de huelgas” si no surge una oferta. Los responsables de movilidad corporativa han aconsejado a los empleados cambiar a reuniones virtuales o posponer viajes no esenciales hasta mediados de semana.
Por ahora, las huelgas son un recordatorio contundente de la fragilidad del sistema de transporte alemán justo en el momento en que el país intenta posicionarse como un destino fiable para los viajes de negocios y la inversión extranjera en la era postpandemia.











