
A las 12:01 a.m. del 8 de noviembre de 2025, entró en vigor la decisión de la administración Trump de terminar con la designación de Estatus de Protección Temporal (TPS) para Venezuela, vigente desde 2021, dejando instantáneamente a unos 240,000 venezolanos sin estatus legal. En el norte de Texas, hogar de una de las comunidades venezolanas de más rápido crecimiento, despachos legales y grupos de defensa reportaron un aumento de llamadas desesperadas al expirar las autorizaciones de trabajo de la noche a la mañana.
KERA News entrevistó al abogado de inmigración de Dallas, Jaime Barron, quien advirtió que los antiguos beneficiarios del TPS ahora están sujetos a detención si son detenidos en controles de tráfico y podrían perder sus empleos cuando los empleadores realicen las verificaciones rutinarias del formulario I-9. Muchos de los afectados han vivido en Estados Unidos por más de una década y tienen hijos nacidos en el país.
Los empleadores con personal venezolano deben auditar de inmediato los registros I-9 para detectar documentos de autorización de empleo (EAD) relacionados con TPS que estén por expirar y explorar opciones alternativas como asilo, peticiones familiares o cambios a estatus no inmigrante (por ejemplo, L-2 o H-4 si están casados con un titular principal de visa). No actuar podría exponer a las empresas a interrupciones en la fuerza laboral y posibles sanciones por emplear trabajadores no autorizados.
Este desarrollo también genera preocupaciones humanitarias: refugios en Houston y Miami se preparan para un aumento en las solicitudes a medida que los antiguos beneficiarios del TPS pierden su autorización de trabajo. Varias coaliciones empresariales, incluida la Asociación de Negocios de Texas, han instado al Congreso a aprobar una solución bipartidista para proteger a residentes de largo plazo que son clave en sectores que van desde la construcción hasta la salud.
KERA News entrevistó al abogado de inmigración de Dallas, Jaime Barron, quien advirtió que los antiguos beneficiarios del TPS ahora están sujetos a detención si son detenidos en controles de tráfico y podrían perder sus empleos cuando los empleadores realicen las verificaciones rutinarias del formulario I-9. Muchos de los afectados han vivido en Estados Unidos por más de una década y tienen hijos nacidos en el país.
Los empleadores con personal venezolano deben auditar de inmediato los registros I-9 para detectar documentos de autorización de empleo (EAD) relacionados con TPS que estén por expirar y explorar opciones alternativas como asilo, peticiones familiares o cambios a estatus no inmigrante (por ejemplo, L-2 o H-4 si están casados con un titular principal de visa). No actuar podría exponer a las empresas a interrupciones en la fuerza laboral y posibles sanciones por emplear trabajadores no autorizados.
Este desarrollo también genera preocupaciones humanitarias: refugios en Houston y Miami se preparan para un aumento en las solicitudes a medida que los antiguos beneficiarios del TPS pierden su autorización de trabajo. Varias coaliciones empresariales, incluida la Asociación de Negocios de Texas, han instado al Congreso a aprobar una solución bipartidista para proteger a residentes de largo plazo que son clave en sectores que van desde la construcción hasta la salud.









