
En una operación no anunciada de 48 horas realizada el 7 de noviembre de 2025, la Oficina Federal de Aduanas y Seguridad Fronteriza (BAZG) inspeccionó varios centros de paquetería principales que atienden a la zona metropolitana de Zúrich. Los agentes abrieron más de 12,000 envíos provenientes de plataformas de comercio electrónico extranjeras y retuvieron 1,088 paquetes que incumplían las normas de importación suizas. La mayoría de las incautaciones correspondieron a medicamentos con receta enviados sin la autorización obligatoria de Swissmedic, seguidos por falsificaciones de marcas reconocidas y pequeños accesorios para armas.
Según la BAZG, el volumen de importaciones directas al consumidor se ha duplicado desde la pandemia, lo que ha puesto a prueba los controles basados en el riesgo. Suiza aplica el principio de “importador = declarante”, lo que significa que los compradores particulares, y no las plataformas, son legalmente responsables del cumplimiento aduanero. Muchos consumidores desconocen que medicamentos, suplementos alimenticios y productos de imitación de lujo están clasificados como prohibidos o restringidos.
Esta inspección puntual forma parte de una estrategia más amplia de gestión fronteriza que combina análisis de datos con inspecciones aleatorias in situ. La BAZG utilizó datos electrónicos anticipados de manifiestos para focalizar envíos con códigos arancelarios incorrectos o valores declarados sospechosamente bajos. La agencia anunció que intensificará operaciones similares en 2026, especialmente antes del pico navideño, y recomienda a los empleadores que dependen del comercio electrónico transfronterizo (por ejemplo, para abastecer a empleados expatriados) que informen a su personal sobre las normas suizas de importación y las posibles sanciones.
Para los responsables de movilidad global, el mensaje es claro: las compras personales en línea de empleados en proceso de reubicación pueden acarrear multas aduaneras e incluso procesos penales. Se aconseja a las multinacionales actualizar sus manuales de reubicación para incluir una sección sobre las estrictas normas suizas para medicamentos y productos falsificados, y recordar a los trabajadores transfronterizos que los paquetes están sujetos a los mismos controles que el equipaje acompañado.
Según la BAZG, el volumen de importaciones directas al consumidor se ha duplicado desde la pandemia, lo que ha puesto a prueba los controles basados en el riesgo. Suiza aplica el principio de “importador = declarante”, lo que significa que los compradores particulares, y no las plataformas, son legalmente responsables del cumplimiento aduanero. Muchos consumidores desconocen que medicamentos, suplementos alimenticios y productos de imitación de lujo están clasificados como prohibidos o restringidos.
Esta inspección puntual forma parte de una estrategia más amplia de gestión fronteriza que combina análisis de datos con inspecciones aleatorias in situ. La BAZG utilizó datos electrónicos anticipados de manifiestos para focalizar envíos con códigos arancelarios incorrectos o valores declarados sospechosamente bajos. La agencia anunció que intensificará operaciones similares en 2026, especialmente antes del pico navideño, y recomienda a los empleadores que dependen del comercio electrónico transfronterizo (por ejemplo, para abastecer a empleados expatriados) que informen a su personal sobre las normas suizas de importación y las posibles sanciones.
Para los responsables de movilidad global, el mensaje es claro: las compras personales en línea de empleados en proceso de reubicación pueden acarrear multas aduaneras e incluso procesos penales. Se aconseja a las multinacionales actualizar sus manuales de reubicación para incluir una sección sobre las estrictas normas suizas para medicamentos y productos falsificados, y recordar a los trabajadores transfronterizos que los paquetes están sujetos a los mismos controles que el equipaje acompañado.










