
El 7 de noviembre de 2025, Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá (IRCC) publicó su tan esperado Plan de Niveles de Inmigración para 2026–2028. La cifra principal —380,000 nuevos residentes permanentes por año— parece casi inalterada, pero la verdadera noticia para los empleadores multinacionales está en la letra pequeña: Ottawa reducirá drásticamente el número de NUEVOS residentes temporales (estudiantes internacionales, participantes del Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales y del Programa de Movilidad Internacional) de 673,650 en 2025 a 385,000 en 2026 y 370,000 en 2027 y 2028. Esto representa una caída abrupta del 45 % en solo un año.
La inmigración económica mantiene su protagonismo, representando el 64 % del total de admisiones permanentes para 2028. En términos absolutos, el plan sigue admitiendo aproximadamente 239,800 trabajadores calificados y nominados provinciales anualmente, pero los empleadores que dependen de visas temporales para cubrir vacantes inmediatas enfrentarán un grupo mucho más reducido de titulares de permisos de trabajo. El plan también eleva la meta de inmigración francófona fuera de Québec al 10.5 % y promete agilizar las transiciones a residencia permanente para 115,000 personas protegidas y 33,000 trabajadores extranjeros temporales.
IRCC sostiene que este cambio es necesario para enfriar los mercados laborales y de vivienda más calientes y para reducir la población temporal a menos del 5 % del total de Canadá para 2027. Por su parte, los grupos empresariales advierten que estos límites repentinos podrían agravar la escasez de habilidades en sectores como la agricultura, la construcción y la manufactura avanzada, ya tensionados por el cambio demográfico. Se recomienda a las empresas acelerar las evaluaciones de impacto en el mercado laboral (LMIAs), auditar sus inventarios de talento extranjero y explorar opciones de transferencia intraempresarial o del Programa de Nominados Provinciales (PNP) antes de que las cuotas entren en vigor en enero.
Para las universidades, el impacto es inmediato: la meta de admisión de estudiantes internacionales se reduce un 49 % a 155,000 el próximo año, poniendo en riesgo los modelos de ingresos basados en matrículas extranjeras. Los colegios están apresurándose a revisar sus canales de reclutamiento, invertir en captación nacional y fortalecer los servicios de transición al empleo para seguir siendo atractivos cuando se emitan menos permisos de estudio.
La estabilidad en las cifras de residentes permanentes ofrece cierta previsibilidad a los gestores de movilidad para transferencias a largo plazo, pero la fuerte reducción en los flujos temporales significa que Canadá —considerado durante mucho tiempo el destino más accesible del G-7 para despliegues rápidos— se volverá más competitivo. Los empleadores globales deben mapear los roles críticos frente a los nuevos límites, priorizar las plazas escasas de permisos de trabajo para el talento esencial y considerar soluciones híbridas o remotas cuando no sea posible trasladar personal a Canadá dentro de las nuevas restricciones.
La inmigración económica mantiene su protagonismo, representando el 64 % del total de admisiones permanentes para 2028. En términos absolutos, el plan sigue admitiendo aproximadamente 239,800 trabajadores calificados y nominados provinciales anualmente, pero los empleadores que dependen de visas temporales para cubrir vacantes inmediatas enfrentarán un grupo mucho más reducido de titulares de permisos de trabajo. El plan también eleva la meta de inmigración francófona fuera de Québec al 10.5 % y promete agilizar las transiciones a residencia permanente para 115,000 personas protegidas y 33,000 trabajadores extranjeros temporales.
IRCC sostiene que este cambio es necesario para enfriar los mercados laborales y de vivienda más calientes y para reducir la población temporal a menos del 5 % del total de Canadá para 2027. Por su parte, los grupos empresariales advierten que estos límites repentinos podrían agravar la escasez de habilidades en sectores como la agricultura, la construcción y la manufactura avanzada, ya tensionados por el cambio demográfico. Se recomienda a las empresas acelerar las evaluaciones de impacto en el mercado laboral (LMIAs), auditar sus inventarios de talento extranjero y explorar opciones de transferencia intraempresarial o del Programa de Nominados Provinciales (PNP) antes de que las cuotas entren en vigor en enero.
Para las universidades, el impacto es inmediato: la meta de admisión de estudiantes internacionales se reduce un 49 % a 155,000 el próximo año, poniendo en riesgo los modelos de ingresos basados en matrículas extranjeras. Los colegios están apresurándose a revisar sus canales de reclutamiento, invertir en captación nacional y fortalecer los servicios de transición al empleo para seguir siendo atractivos cuando se emitan menos permisos de estudio.
La estabilidad en las cifras de residentes permanentes ofrece cierta previsibilidad a los gestores de movilidad para transferencias a largo plazo, pero la fuerte reducción en los flujos temporales significa que Canadá —considerado durante mucho tiempo el destino más accesible del G-7 para despliegues rápidos— se volverá más competitivo. Los empleadores globales deben mapear los roles críticos frente a los nuevos límites, priorizar las plazas escasas de permisos de trabajo para el talento esencial y considerar soluciones híbridas o remotas cuando no sea posible trasladar personal a Canadá dentro de las nuevas restricciones.









