
Horas después del último cierre del aeropuerto provocado por drones, el Consejo Nacional de Seguridad de Bélgica aprobó un programa de emergencia de 50 millones de euros que desplegará radares antidrone, bloqueadores de radiofrecuencia y sistemas de captura con redes en los aeropuertos de Bruselas, Lieja, Charleroi y Amberes antes del 1 de enero de 2026. El ministro de Defensa, Theo Francken, informó a los periodistas que la inversión se acelerará mediante las normas de adquisición rápida de la OTAN y será cofinanciada por el Fondo de Seguridad Interior de la UE.
El plan contempla la creación de un nuevo Centro Nacional de Seguridad Aérea en la Base Aérea de Beauvechain, que funcionará las 24 horas como centro de mando, integrando datos de radares civiles, sensores militares y drones de la policía local. Antes de Navidad se publicará una licitación para plataformas integradas de detección y neutralización, con la expectativa de que empresas tecnológicas francesas, israelíes y belgas presenten sus ofertas.
Para los responsables de movilidad corporativa, el calendario es fundamental. El aeropuerto de Bruselas gestiona la mayor parte del tráfico de las instituciones de la UE, con más de 2.000 movimientos de delegaciones al mes, mientras que las operaciones nocturnas de carga en Lieja sostienen las redes de entrega exprés que abastecen la planta de vacunas de Pfizer en Puurs y a cientos de pymes de comercio electrónico.
Expertos legales señalan que Bélgica aún carece de un marco claro para la interdicción cinética de drones. El proyecto de ley que acompaña al paquete de financiación otorga a la policía y a las unidades militares la autoridad para “neutralizar” drones fuera de control que pongan en riesgo infraestructuras críticas, incluso mediante su destrucción controlada. Organizaciones de defensa de la privacidad exigen una supervisión estricta para evitar abusos.
Las aerolíneas y los integradores de carga recibieron con agrado la decisión. “La previsibilidad lo es todo”, afirmó el jefe de control de red de DHL Aviation en Bruselas. “Un escudo antidrone armonizado en el espacio aéreo belga restaurará la confianza de los clientes y protegerá miles de empleos logísticos.” El avance en la implementación será revisado trimestralmente por una comisión parlamentaria de defensa.
El plan contempla la creación de un nuevo Centro Nacional de Seguridad Aérea en la Base Aérea de Beauvechain, que funcionará las 24 horas como centro de mando, integrando datos de radares civiles, sensores militares y drones de la policía local. Antes de Navidad se publicará una licitación para plataformas integradas de detección y neutralización, con la expectativa de que empresas tecnológicas francesas, israelíes y belgas presenten sus ofertas.
Para los responsables de movilidad corporativa, el calendario es fundamental. El aeropuerto de Bruselas gestiona la mayor parte del tráfico de las instituciones de la UE, con más de 2.000 movimientos de delegaciones al mes, mientras que las operaciones nocturnas de carga en Lieja sostienen las redes de entrega exprés que abastecen la planta de vacunas de Pfizer en Puurs y a cientos de pymes de comercio electrónico.
Expertos legales señalan que Bélgica aún carece de un marco claro para la interdicción cinética de drones. El proyecto de ley que acompaña al paquete de financiación otorga a la policía y a las unidades militares la autoridad para “neutralizar” drones fuera de control que pongan en riesgo infraestructuras críticas, incluso mediante su destrucción controlada. Organizaciones de defensa de la privacidad exigen una supervisión estricta para evitar abusos.
Las aerolíneas y los integradores de carga recibieron con agrado la decisión. “La previsibilidad lo es todo”, afirmó el jefe de control de red de DHL Aviation en Bruselas. “Un escudo antidrone armonizado en el espacio aéreo belga restaurará la confianza de los clientes y protegerá miles de empleos logísticos.” El avance en la implementación será revisado trimestralmente por una comisión parlamentaria de defensa.







