
La confederación sindical CGIL y su brazo de protección social INCA realizaron una protesta frente a la Prefectura de Florencia la mañana del 6 de noviembre contra lo que califican de “recargo inconstitucional” de entre 80 y 200 euros impuesto a residentes extranjeros que renuevan u obtienen permisos de residencia italianos. Esta tasa, reintroducida por el gobierno tras derrotas judiciales previas, afecta a unos 210,000 ciudadanos no comunitarios que viven en Toscana.
Los sindicatos recuerdan que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea anuló cargos similares en 2016 por considerarlos desproporcionados y discriminatorios. Aunque inicialmente los tribunales italianos anularon el recargo, el Consejo de Estado suspendió esa decisión en septiembre de 2025 a la espera de una apelación completa, permitiendo que las tarifas más altas vuelvan a aplicarse.
En la manifestación, la secretaria provincial de CGIL, Paola Galgani, advirtió que este recargo aumenta la presión económica sobre familias de bajos ingresos y estudiantes, y podría empujar a más solicitantes a caer en la irregularidad si retrasan la renovación. Los abogados de INCA distribuyeron folletos multilingües explicando cómo presentar reclamaciones de reembolso en caso de que los tribunales finalmente anulen la tasa.
Para los empleadores, el recargo reactivado eleva el costo total de nuevas contrataciones fuera de la UE y podría alargar los tiempos de tramitación si los solicitantes esperan el desenlace legal. Las empresas que gestionan transferencias internas o solicitudes de Tarjeta Azul UE deben ajustar sus presupuestos y comunicar la posibilidad de reembolsos retroactivos al personal afectado.
Los observadores señalan que esta disputa podría sentar un precedente para otras tasas administrativas introducidas bajo el decreto de seguridad de 2025. Se espera una decisión final del Consejo de Estado a principios de 2026; si la tasa vuelve a ser anulada, el gobierno tendría que reembolsar los pagos con intereses, como ocurrió tras la sentencia de 2016.
Los sindicatos recuerdan que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea anuló cargos similares en 2016 por considerarlos desproporcionados y discriminatorios. Aunque inicialmente los tribunales italianos anularon el recargo, el Consejo de Estado suspendió esa decisión en septiembre de 2025 a la espera de una apelación completa, permitiendo que las tarifas más altas vuelvan a aplicarse.
En la manifestación, la secretaria provincial de CGIL, Paola Galgani, advirtió que este recargo aumenta la presión económica sobre familias de bajos ingresos y estudiantes, y podría empujar a más solicitantes a caer en la irregularidad si retrasan la renovación. Los abogados de INCA distribuyeron folletos multilingües explicando cómo presentar reclamaciones de reembolso en caso de que los tribunales finalmente anulen la tasa.
Para los empleadores, el recargo reactivado eleva el costo total de nuevas contrataciones fuera de la UE y podría alargar los tiempos de tramitación si los solicitantes esperan el desenlace legal. Las empresas que gestionan transferencias internas o solicitudes de Tarjeta Azul UE deben ajustar sus presupuestos y comunicar la posibilidad de reembolsos retroactivos al personal afectado.
Los observadores señalan que esta disputa podría sentar un precedente para otras tasas administrativas introducidas bajo el decreto de seguridad de 2025. Se espera una decisión final del Consejo de Estado a principios de 2026; si la tasa vuelve a ser anulada, el gobierno tendría que reembolsar los pagos con intereses, como ocurrió tras la sentencia de 2016.









