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Nov 6, 2025

La iniciativa suiza ‘No a los 10 millones’ prepara el terreno para un debate intenso sobre el límite de inmigración

La iniciativa suiza ‘No a los 10 millones’ prepara el terreno para un debate intenso sobre el límite de inmigración
Suiza vuelve a situarse en el centro del debate migratorio europeo tras la confirmación, el 6 de noviembre de 2025, del partido de derecha Unión Democrática de Centro (UDC) de que su iniciativa popular “Suiza no a los 10 millones” casi con toda seguridad se someterá a votación el próximo verano. Los activistas del partido han reunido mucho más de las 100.000 firmas necesarias para un referéndum y, lo que es crucial, el parlamento no logró en su última sesión de otoño acordar una contrapropuesta.

Si se aprueba en las urnas, la iniciativa establecería un límite estricto de diez millones de habitantes en la Constitución suiza. Una vez que la población residente alcance los 9,5 millones (actualmente ronda los 9,1 millones), el Consejo Federal y el parlamento tendrían que activar medidas de emergencia: suspender el derecho a traer familiares del extranjero, negar la residencia permanente o la naturalización a refugiados con admisión temporal, restringir el sistema de asilo y, si fuera necesario, renegociar o incluso terminar el Acuerdo de Libre Circulación de Personas con la Unión Europea.

La iniciativa suiza ‘No a los 10 millones’ prepara el terreno para un debate intenso sobre el límite de inmigración


Los líderes de la UDC argumentan que este paquete es necesario para aliviar la presión sobre la vivienda, la infraestructura y los servicios públicos, y para combatir lo que denominan “estrés por densidad”. Suiza ya tiene una de las mayores proporciones de población nacida en el extranjero en Europa (33 %) y otro 8 % son inmigrantes de segunda generación. El presidente del partido, Marco Chiesa, afirmó esta semana que una “inmigración moderada y controlada” solo es posible si se limita el crecimiento.

La oposición ha sido rápida y amplia. Partidos centristas y de izquierda, grandes lobbies empresariales y federaciones sindicales advierten que el plan asfixiaría la economía suiza, que depende de mano de obra extranjera en sectores que van desde la farmacéutica hasta la ingeniería de precisión y la hostelería. Expertos legales también señalan que salir del marco de libre circulación con la UE pondría en riesgo toda la red de acuerdos bilaterales con Bruselas —incluidos los de investigación, contratación pública y transporte aéreo— y podría provocar represalias europeas.

Para los gestores de movilidad global, las apuestas son altas. Las empresas que rotan talento a través de Suiza podrían tener que replantear sus estrategias de asignación, especialmente para los familiares, si se alcanza la “alarma” de 9,5 millones antes de 2050. Ya se aconseja a los equipos de recursos humanos auditar su planificación laboral en Suiza e incorporar modelos de escenarios en los presupuestos de 2026. Aunque los votantes finalmente rechacen la propuesta —límites similares a la inmigración masiva fueron rechazados en 2014 tras un duro impacto económico—, los acontecimientos del jueves garantizan que la inmigración, las cuotas de permisos de trabajo y el tránsito transfronterizo dominarán las discusiones políticas y de riesgos empresariales en Suiza durante todo 2026.
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