
El 5 de noviembre de 2025, la federación sindical CGIL en Campania convocó una rueda de prensa en Nápoles para denunciar lo que denomina una “estafa sistémica” en torno a las cuotas de visados de trabajo del Decreto Flussi en Italia. Los representantes sindicales presentaron cientos de expedientes de ciudadanos bangladesíes que ingresaron legalmente al país en 2023 con permisos de trabajo nulla osta, pero que nunca recibieron empleos reales ni permisos de residencia porque las empresas patrocinadoras desaparecieron.
Según Elisa Laudiero, secretaria regional de la CGIL, al menos 400 trabajadores pagaron miles de euros a intermediarios por ofertas laborales que resultaron ser ficticias. Muchos de ellos ahora sobreviven en la economía informal sin estatus legal, alimentando un mercado negro que el sindicato califica como “creado por las fallas del mecanismo click-day, que premia la rapidez sobre la sustancia”.
La CGIL exige al gobierno la implementación de requisitos de garantía por parte de los empleadores, una revisión más exhaustiva del historial de las empresas antes de emitir los nulla osta, y la creación de una lista negra pública de firmas que abandonan a los migrantes patrocinados. Además, pide investigaciones penales sobre un caso judicial anterior en Nápoles, donde 21 personas aceptaron acuerdos judiciales por contratos laborales falsificados vinculados a la ronda de cuotas de 2024.
Para las empresas, este escándalo es una advertencia: las autoridades probablemente intensificarán las auditorías de cumplimiento y podrían responsabilizar a las firmas patrocinadoras por los trabajadores abandonados. Los equipos de movilidad deben prepararse para controles documentales adicionales y estar listos para demostrar la autenticidad de las ofertas laborales en las próximas rondas de cuotas.
Según Elisa Laudiero, secretaria regional de la CGIL, al menos 400 trabajadores pagaron miles de euros a intermediarios por ofertas laborales que resultaron ser ficticias. Muchos de ellos ahora sobreviven en la economía informal sin estatus legal, alimentando un mercado negro que el sindicato califica como “creado por las fallas del mecanismo click-day, que premia la rapidez sobre la sustancia”.
La CGIL exige al gobierno la implementación de requisitos de garantía por parte de los empleadores, una revisión más exhaustiva del historial de las empresas antes de emitir los nulla osta, y la creación de una lista negra pública de firmas que abandonan a los migrantes patrocinados. Además, pide investigaciones penales sobre un caso judicial anterior en Nápoles, donde 21 personas aceptaron acuerdos judiciales por contratos laborales falsificados vinculados a la ronda de cuotas de 2024.
Para las empresas, este escándalo es una advertencia: las autoridades probablemente intensificarán las auditorías de cumplimiento y podrían responsabilizar a las firmas patrocinadoras por los trabajadores abandonados. Los equipos de movilidad deben prepararse para controles documentales adicionales y estar listos para demostrar la autenticidad de las ofertas laborales en las próximas rondas de cuotas.









