
Agentes fronterizos en la estación de Brennero detuvieron a un ciudadano tunecino de 35 años, buscado por una condena de 6 años y 10 meses de prisión por robos en serie, informó la Jefatura de Policía de Bolzano el 4 de noviembre. El hombre fue detectado intentando evadir los controles durante una revisión rutinaria de pasaportes en un tren EuroCity que cubría la ruta Múnich–Verona; fue trasladado a la prisión de Bolzano.
Aunque la detención es una noticia policial, el trasfondo relevante para los actores de la movilidad es la persistencia de los controles en las fronteras internas que Austria e Italia reinstauraron en 2023 bajo el Artículo 25 del Código Schengen. Estos controles — renovados más recientemente en octubre de 2025 — autorizan verificaciones de identidad en el tráfico ferroviario y por carretera para frenar la migración irregular a lo largo de la llamada ruta del Brennero.
Para los trabajadores internacionales desplazados y los servicios corporativos de transporte entre Innsbruck y Verona, el impacto práctico se traduce en tiempos de espera adicionales: los equipos de RR.HH. reportan retrasos promedio de 18 minutos en los trenes desde septiembre. Las compañías de transporte deben asegurarse de que los pasajeros no comunitarios tengan pasaporte válido y, cuando sea necesario, visado Schengen, incluso en trayectos exclusivamente dentro de la UE.
Los asesores legales advierten que los empleados que excedan la duración de sus permisos italianos y viajen hacia el norte corren el riesgo de ser rechazados inmediatamente en el Brennero, lo que puede alterar los itinerarios de viajes de negocios. Las empresas deberían revisar el cumplimiento de la movilidad antes del pico de viajes de fin de año.
En el plano político, el incidente alimenta la iniciativa de Roma para impulsar una ‘cláusula de seguridad’ a nivel de la UE que permita a los Estados miembros activar controles internos con mayor flexibilidad, un tema que Italia planea presentar en el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior (JAI) en diciembre.
Aunque la detención es una noticia policial, el trasfondo relevante para los actores de la movilidad es la persistencia de los controles en las fronteras internas que Austria e Italia reinstauraron en 2023 bajo el Artículo 25 del Código Schengen. Estos controles — renovados más recientemente en octubre de 2025 — autorizan verificaciones de identidad en el tráfico ferroviario y por carretera para frenar la migración irregular a lo largo de la llamada ruta del Brennero.
Para los trabajadores internacionales desplazados y los servicios corporativos de transporte entre Innsbruck y Verona, el impacto práctico se traduce en tiempos de espera adicionales: los equipos de RR.HH. reportan retrasos promedio de 18 minutos en los trenes desde septiembre. Las compañías de transporte deben asegurarse de que los pasajeros no comunitarios tengan pasaporte válido y, cuando sea necesario, visado Schengen, incluso en trayectos exclusivamente dentro de la UE.
Los asesores legales advierten que los empleados que excedan la duración de sus permisos italianos y viajen hacia el norte corren el riesgo de ser rechazados inmediatamente en el Brennero, lo que puede alterar los itinerarios de viajes de negocios. Las empresas deberían revisar el cumplimiento de la movilidad antes del pico de viajes de fin de año.
En el plano político, el incidente alimenta la iniciativa de Roma para impulsar una ‘cláusula de seguridad’ a nivel de la UE que permita a los Estados miembros activar controles internos con mayor flexibilidad, un tema que Italia planea presentar en el Consejo de Justicia y Asuntos de Interior (JAI) en diciembre.









