
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China ha extendido su programa de exención de visado para estancias cortas a ciudadanos de 50 países —incluida Irlanda— hasta el 31 de diciembre de 2026, según un comunicado emitido en Pekín y difundido internacionalmente el 4 de noviembre. Los titulares de pasaportes ordinarios irlandeses podrán seguir visitando China sin visado por un máximo de 30 días para negocios, turismo o visitas familiares. Pekín también añadió a Suecia a la lista, elevando a 50 el total de países elegibles.
Esta política, que originalmente expiraba a finales de 2025, se ha convertido en un pilar clave para la recuperación del turismo y la inversión extranjera en China. Las empresas irlandesas con operaciones de fabricación o centros de abastecimiento en China valoraron la certeza que ofrece esta extensión de dos años, señalando que los viajes de última hora para control de calidad y negociaciones se han incrementado desde que se levantaron las restricciones de viaje a principios de este año.
La exención no cubre permisos de trabajo ni asignaciones a largo plazo; los empleados destinados por más de 30 días deberán seguir solicitando visado Z y permiso de residencia. Además, los viajeros deben registrarse en la policía local dentro de las 24 horas posteriores a su llegada, un requisito que suele cumplirse automáticamente al hacer el check-in en la mayoría de los hoteles, pero que puede complicarse para quienes se alojan en viviendas particulares.
Los responsables de movilidad en Irlanda deberían actualizar los procesos de aprobación de viajes para eliminar costos innecesarios de visado en viajes cortos, pero continuar considerando el sistema digital de tarjeta de llegada de China y los eventuales requisitos regionales de pruebas Covid. La extensión también coincide con el lanzamiento previsto de la plataforma de e-visado de China a mediados de 2026, que facilitará las solicitudes para estancias más largas de los empleados irlandeses.
En resumen: hasta al menos finales de 2026, la mayoría de los ejecutivos irlandeses podrán entrar a China con poca antelación y sin visado, otorgando a las empresas mayor flexibilidad en medio de los debates sobre la diversificación de las cadenas de suministro.
Esta política, que originalmente expiraba a finales de 2025, se ha convertido en un pilar clave para la recuperación del turismo y la inversión extranjera en China. Las empresas irlandesas con operaciones de fabricación o centros de abastecimiento en China valoraron la certeza que ofrece esta extensión de dos años, señalando que los viajes de última hora para control de calidad y negociaciones se han incrementado desde que se levantaron las restricciones de viaje a principios de este año.
La exención no cubre permisos de trabajo ni asignaciones a largo plazo; los empleados destinados por más de 30 días deberán seguir solicitando visado Z y permiso de residencia. Además, los viajeros deben registrarse en la policía local dentro de las 24 horas posteriores a su llegada, un requisito que suele cumplirse automáticamente al hacer el check-in en la mayoría de los hoteles, pero que puede complicarse para quienes se alojan en viviendas particulares.
Los responsables de movilidad en Irlanda deberían actualizar los procesos de aprobación de viajes para eliminar costos innecesarios de visado en viajes cortos, pero continuar considerando el sistema digital de tarjeta de llegada de China y los eventuales requisitos regionales de pruebas Covid. La extensión también coincide con el lanzamiento previsto de la plataforma de e-visado de China a mediados de 2026, que facilitará las solicitudes para estancias más largas de los empleados irlandeses.
En resumen: hasta al menos finales de 2026, la mayoría de los ejecutivos irlandeses podrán entrar a China con poca antelación y sin visado, otorgando a las empresas mayor flexibilidad en medio de los debates sobre la diversificación de las cadenas de suministro.











