
Los viajeros que cruzaron a Alemania por carretera o ferrocarril el 4 de noviembre se encontraron con controles continuos de pasaportes, cinco semanas después de la última prórroga de seis meses que Berlín aplicó a los controles internos del espacio Schengen. Según la tabla de seguimiento de la Comisión Europea, Alemania reintrodujo los controles en sus nueve fronteras terrestres el 16 de septiembre y planea mantenerlos hasta el 15 de marzo de 2026, citando una presión sostenida por migración irregular y preocupaciones de seguridad derivadas de los conflictos en Ucrania y Oriente Medio.
Alcance. Los controles abarcan las fronteras con Francia, Luxemburgo, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Austria, Suiza, República Checa y Polonia. También se realizan inspecciones aleatorias en trenes transfronterizos y en pequeños aeropuertos regionales que operan vuelos dentro de Schengen. Aunque las filas se han reducido desde la caótica primera semana, los transportistas aún reportan retrasos promedio de 20 a 40 minutos para camiones en la A4 (Polonia) y la A8 (Austria).
Contexto político. La coalición del canciller Friedrich Merz ha convertido la gestión fronteriza más estricta en una política emblemática, en medio de un apoyo récord en las encuestas para el partido antiinmigración AfD. Bruselas ha tolerado las sucesivas prórrogas alemanas, pero advierte que deben ser “proporcionadas y limitadas en el tiempo”. Los partidos de oposición argumentan que los controles violan el espíritu de libre circulación y perjudican a las pymes de las regiones fronterizas que dependen del personal transfronterizo diario.
Impacto empresarial. Los equipos de recursos humanos con trabajadores transfronterizos deben planificar inspecciones ocasionales de identificación y aconsejar al personal llevar siempre permisos de residencia o documentos de identidad nacionales de la UE. Los gerentes de logística enfrentan mayores costos: los transportistas alemanes estiman que los controles añaden 4 millones de euros mensuales en horas extras para conductores y combustible. Las empresas que envían trabajadores a Alemania deben prever tiempos adicionales para auditorías puntuales del certificado A1, que la Bundespolizei suele combinar con operaciones fronterizas.
Perspectivas. El ministro del Interior, Alexander Dobrindt, afirma que Berlín revisará la medida en enero, pero insinúa que podría haber una nueva prórroga si las llegadas irregulares superan las 12,000 al mes. Por ello, los profesionales de la movilidad deben asumir que los controles persistirán durante la temporada de movilización de proyectos en primavera e incluir días de margen en los cronogramas de reubicación.
Alcance. Los controles abarcan las fronteras con Francia, Luxemburgo, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Austria, Suiza, República Checa y Polonia. También se realizan inspecciones aleatorias en trenes transfronterizos y en pequeños aeropuertos regionales que operan vuelos dentro de Schengen. Aunque las filas se han reducido desde la caótica primera semana, los transportistas aún reportan retrasos promedio de 20 a 40 minutos para camiones en la A4 (Polonia) y la A8 (Austria).
Contexto político. La coalición del canciller Friedrich Merz ha convertido la gestión fronteriza más estricta en una política emblemática, en medio de un apoyo récord en las encuestas para el partido antiinmigración AfD. Bruselas ha tolerado las sucesivas prórrogas alemanas, pero advierte que deben ser “proporcionadas y limitadas en el tiempo”. Los partidos de oposición argumentan que los controles violan el espíritu de libre circulación y perjudican a las pymes de las regiones fronterizas que dependen del personal transfronterizo diario.
Impacto empresarial. Los equipos de recursos humanos con trabajadores transfronterizos deben planificar inspecciones ocasionales de identificación y aconsejar al personal llevar siempre permisos de residencia o documentos de identidad nacionales de la UE. Los gerentes de logística enfrentan mayores costos: los transportistas alemanes estiman que los controles añaden 4 millones de euros mensuales en horas extras para conductores y combustible. Las empresas que envían trabajadores a Alemania deben prever tiempos adicionales para auditorías puntuales del certificado A1, que la Bundespolizei suele combinar con operaciones fronterizas.
Perspectivas. El ministro del Interior, Alexander Dobrindt, afirma que Berlín revisará la medida en enero, pero insinúa que podría haber una nueva prórroga si las llegadas irregulares superan las 12,000 al mes. Por ello, los profesionales de la movilidad deben asumir que los controles persistirán durante la temporada de movilización de proyectos en primavera e incluir días de margen en los cronogramas de reubicación.










