
En una intervención ante las partes interesadas el 4 de noviembre, el ministro de Inmigración, Marc Miller, presentó dos medidas “únicas” que complementan el plan de niveles del Presupuesto 2025: (1) otorgar residencia permanente a personas protegidas elegibles que ya se encuentran en Canadá, y (2) facilitar la transición de hasta 33,000 titulares de permisos de trabajo temporales a residencia permanente entre 2026 y 2027. Estas iniciativas tienen un costo proyectado de 120.4 millones de dólares canadienses y 19.4 millones, respectivamente, durante cuatro años, parcialmente compensados por las tarifas de solicitud.
Las autoridades señalan que estas medidas reconocen a quienes ya contribuyen económicamente o que no pueden regresar a su país de forma segura, manteniendo estable el total de residentes permanentes. Se espera que la vía para personas protegidas elimine atrasos históricos y se alinee con las obligaciones humanitarias de Canadá.
Los empleadores se beneficiarán directamente: convertir a trabajadores dentro del país en residentes permanentes reduce los ciclos de renovación de visas, las tarifas de Evaluación de Impacto en el Mercado Laboral (LMIA) y los riesgos de cumplimiento. Sin embargo, las ONG que apoyan a refugiados advierten que los criterios de selección deben ser transparentes para evitar la exclusión de solicitantes vulnerables.
Se prevé que las directrices sobre elegibilidad y ventanas de aplicación se publiquen en el segundo trimestre de 2026, pero las empresas deberían comenzar a identificar al personal con permisos de trabajo cerrados o abiertos que podrían calificar. Los equipos de recursos humanos también deben prepararse para cambios en la nómina, ya que el estatus de residente permanente modifica las obligaciones fiscales y los derechos a beneficios.
Las autoridades señalan que estas medidas reconocen a quienes ya contribuyen económicamente o que no pueden regresar a su país de forma segura, manteniendo estable el total de residentes permanentes. Se espera que la vía para personas protegidas elimine atrasos históricos y se alinee con las obligaciones humanitarias de Canadá.
Los empleadores se beneficiarán directamente: convertir a trabajadores dentro del país en residentes permanentes reduce los ciclos de renovación de visas, las tarifas de Evaluación de Impacto en el Mercado Laboral (LMIA) y los riesgos de cumplimiento. Sin embargo, las ONG que apoyan a refugiados advierten que los criterios de selección deben ser transparentes para evitar la exclusión de solicitantes vulnerables.
Se prevé que las directrices sobre elegibilidad y ventanas de aplicación se publiquen en el segundo trimestre de 2026, pero las empresas deberían comenzar a identificar al personal con permisos de trabajo cerrados o abiertos que podrían calificar. Los equipos de recursos humanos también deben prepararse para cambios en la nómina, ya que el estatus de residente permanente modifica las obligaciones fiscales y los derechos a beneficios.







