
Una encuesta de Leger encargada por OMNI News y publicada el 4 de noviembre revela que dos tercios de los inmigrantes encuestados creen que Canadá debería admitir menos de 300,000 nuevos residentes al año, muy por debajo del objetivo de 380,000 residentes permanentes establecido en el Presupuesto 2025. Cuatro de cada diez encuestados prefieren un límite inferior a 100,000.
Curiosamente, la duración de la residencia se relaciona con las actitudes: los inmigrantes que llevan más tiempo en Canadá tienden a apoyar objetivos muy bajos, mientras que los recién llegados y los jóvenes son más receptivos a un mayor flujo migratorio. Solo el 10 % de los encuestados apoyó admisiones superiores a 300,000.
Estos resultados complican la narrativa política que sostiene que la oposición a una mayor inmigración proviene principalmente de canadienses nacidos en el país. También ofrecen a las organizaciones que gestionan servicios de integración datos que muestran posibles divisiones dentro de las comunidades de recién llegados, un aspecto clave para los programas corporativos de diversidad, equidad e inclusión (DEI) y las estrategias de asuntos públicos.
Los líderes en movilidad deben monitorear el sentimiento en las ciudades receptoras, donde la escasez de vivienda y la presión del costo de vida aumentan la demanda de una reducción en la entrada de inmigrantes. Las percepciones negativas pueden traducirse en resistencia local a proyectos de residencias estudiantiles o viviendas para trabajadores extranjeros, afectando así los plazos de implementación de estos proyectos.
Curiosamente, la duración de la residencia se relaciona con las actitudes: los inmigrantes que llevan más tiempo en Canadá tienden a apoyar objetivos muy bajos, mientras que los recién llegados y los jóvenes son más receptivos a un mayor flujo migratorio. Solo el 10 % de los encuestados apoyó admisiones superiores a 300,000.
Estos resultados complican la narrativa política que sostiene que la oposición a una mayor inmigración proviene principalmente de canadienses nacidos en el país. También ofrecen a las organizaciones que gestionan servicios de integración datos que muestran posibles divisiones dentro de las comunidades de recién llegados, un aspecto clave para los programas corporativos de diversidad, equidad e inclusión (DEI) y las estrategias de asuntos públicos.
Los líderes en movilidad deben monitorear el sentimiento en las ciudades receptoras, donde la escasez de vivienda y la presión del costo de vida aumentan la demanda de una reducción en la entrada de inmigrantes. Las percepciones negativas pueden traducirse en resistencia local a proyectos de residencias estudiantiles o viviendas para trabajadores extranjeros, afectando así los plazos de implementación de estos proyectos.







