
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva firmó el 4 de noviembre de 2025 la Ley 15.251, que designa formalmente a Belém, Pará, como la capital de Brasil entre el 11 y el 21 de noviembre de 2025, periodo en el que la ciudad será sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 30). Durante estos diez días, todos los decretos presidenciales, actos ministeriales y órdenes de tribunales federales deberán llevar la fecha de Belém, y los poderes ejecutivo, legislativo y judicial están autorizados a operar desde esta metrópoli amazónica.
Razonamiento logístico – Esta medida simbólica busca resaltar la importancia estratégica de la región amazónica en las negociaciones climáticas globales, pero también tiene consecuencias prácticas en la movilidad. Se espera la llegada de unos 60,000 delegados, periodistas y observadores corporativos a Belém, una ciudad cuyo aeropuerto manejó apenas 4 millones de pasajeros en 2024. Por ello, el gobierno federal está acelerando la expansión de terminales, la asignación de vuelos chárter y la instalación de puestos temporales de inmigración para gestionar el flujo.
Impacto en la movilidad – Las empresas que envíen ejecutivos a la COP30 deben anticipar una alta demanda de vuelos y hoteles, conexiones limitadas hacia destinos del interior y estrictas zonas de seguridad alrededor de las instalaciones del gobierno federal. El Ministerio de Relaciones Exteriores confirmó que los delegados con el "e-Visto COP30" especial tendrán acceso a carriles rápidos de inmigración en el Aeropuerto Internacional de Val-de-Cans. Las aerolíneas nacionales planean rutas adicionales desde São Paulo, Río de Janeiro y Brasilia, aunque los precios de los pasajes ya han subido un 28 % en comparación con el mismo periodo de 2024.
Implicaciones administrativas – Los ministerios están trasladando personal clave, archivos y comunicaciones seguras a Belém. Las multinacionales que mantienen contacto frecuente con reguladores —especialmente en energía, forestal y banca— deben tener en cuenta que las citas solicitadas durante la conferencia probablemente se realizarán en Pará y no en el distrito capital. Las empresas de mensajería aconsejan enviar la correspondencia oficial a direcciones temporales en Belém para evitar retrasos en el procesamiento.
Perspectivas – Traslados similares de la capital ocurrieron durante la Cumbre de la Tierra de Río 1992 y los Juegos Olímpicos de Río 2016, generando en ambos casos congestión temporal en los viajes pero mejoras duraderas en la infraestructura. Después de la COP30, las operaciones federales volverán a Brasilia el 22 de noviembre, pero las autoridades de Pará esperan que los enlaces aéreos mejorados y la capacidad de procesamiento de visas se mantengan, apoyando la movilidad a largo plazo hacia la Amazonía.
Razonamiento logístico – Esta medida simbólica busca resaltar la importancia estratégica de la región amazónica en las negociaciones climáticas globales, pero también tiene consecuencias prácticas en la movilidad. Se espera la llegada de unos 60,000 delegados, periodistas y observadores corporativos a Belém, una ciudad cuyo aeropuerto manejó apenas 4 millones de pasajeros en 2024. Por ello, el gobierno federal está acelerando la expansión de terminales, la asignación de vuelos chárter y la instalación de puestos temporales de inmigración para gestionar el flujo.
Impacto en la movilidad – Las empresas que envíen ejecutivos a la COP30 deben anticipar una alta demanda de vuelos y hoteles, conexiones limitadas hacia destinos del interior y estrictas zonas de seguridad alrededor de las instalaciones del gobierno federal. El Ministerio de Relaciones Exteriores confirmó que los delegados con el "e-Visto COP30" especial tendrán acceso a carriles rápidos de inmigración en el Aeropuerto Internacional de Val-de-Cans. Las aerolíneas nacionales planean rutas adicionales desde São Paulo, Río de Janeiro y Brasilia, aunque los precios de los pasajes ya han subido un 28 % en comparación con el mismo periodo de 2024.
Implicaciones administrativas – Los ministerios están trasladando personal clave, archivos y comunicaciones seguras a Belém. Las multinacionales que mantienen contacto frecuente con reguladores —especialmente en energía, forestal y banca— deben tener en cuenta que las citas solicitadas durante la conferencia probablemente se realizarán en Pará y no en el distrito capital. Las empresas de mensajería aconsejan enviar la correspondencia oficial a direcciones temporales en Belém para evitar retrasos en el procesamiento.
Perspectivas – Traslados similares de la capital ocurrieron durante la Cumbre de la Tierra de Río 1992 y los Juegos Olímpicos de Río 2016, generando en ambos casos congestión temporal en los viajes pero mejoras duraderas en la infraestructura. Después de la COP30, las operaciones federales volverán a Brasilia el 22 de noviembre, pero las autoridades de Pará esperan que los enlaces aéreos mejorados y la capacidad de procesamiento de visas se mantengan, apoyando la movilidad a largo plazo hacia la Amazonía.










