
China ha dado a los titulares de pasaportes franceses una sorpresa: el popular programa de entrada sin visa por 15 días, que originalmente expiraba el 31 de diciembre de 2025, se ha extendido hasta el 31 de diciembre de 2026. La misma prórroga aplica para otros 44 países, mientras que Suecia se sumará a la lista a partir del 10 de noviembre de 2025. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, esta medida busca "revitalizar el turismo entrante y los intercambios comerciales" tras una recuperación postpandemia lenta.
Para las empresas francesas, esta decisión elimina un trámite burocrático para viajes cortos a China continental. Los ejecutivos podrán seguir viajando hasta por 30 días para reuniones, inspecciones de fábricas o ferias comerciales sin el costo y la demora de obtener una visa de clase M o F. Por su parte, los operadores turísticos franceses esperan un repunte en las reservas grupales hacia destinos emblemáticos como Pekín, Shanghái y Xi’an, argumentando que la entrada simplificada compensará la percepción persistente de complejidad administrativa.
La extensión también coincide con un auge en la diplomacia comercial sino-francesa. París y Pekín firmaron recientemente acuerdos sobre combustible verde para aviación y tecnología agrícola, y el presidente Macron ha calificado 2026 como "un año clave" para profundizar los lazos económicos. Sin embargo, los gestores de viajes deben recordar al personal que la exención de visa no cubre empleo remunerado ni estancias superiores a 30 días, y que los viajeros deben completar la declaración sanitaria en línea antes de partir.
Desde una perspectiva más amplia de movilidad, el gesto de China señala una renovada competencia entre los centros asiáticos para atraer de nuevo el tráfico empresarial europeo. Singapur y Corea del Sur ya cuentan con generosos programas de exención de visa; Japón está pilotando una visa para nómadas digitales. Las multinacionales con sede en Francia querrán comparar sus políticas de viaje a China con estas alternativas para mantener los costos de movilidad bajo control.
Finalmente, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido siguen excluidos de la lista de exenciones de Pekín, un hecho que algunos diplomáticos europeos interpretan discretamente como un trato preferencial hacia socios continentales en medio de las tensas relaciones entre EE. UU. y China. Por ello, las empresas francesas podrían obtener una ventaja competitiva temporal al enviar equipos de negociación a China con menos trámites que sus rivales anglosajones.
Para las empresas francesas, esta decisión elimina un trámite burocrático para viajes cortos a China continental. Los ejecutivos podrán seguir viajando hasta por 30 días para reuniones, inspecciones de fábricas o ferias comerciales sin el costo y la demora de obtener una visa de clase M o F. Por su parte, los operadores turísticos franceses esperan un repunte en las reservas grupales hacia destinos emblemáticos como Pekín, Shanghái y Xi’an, argumentando que la entrada simplificada compensará la percepción persistente de complejidad administrativa.
La extensión también coincide con un auge en la diplomacia comercial sino-francesa. París y Pekín firmaron recientemente acuerdos sobre combustible verde para aviación y tecnología agrícola, y el presidente Macron ha calificado 2026 como "un año clave" para profundizar los lazos económicos. Sin embargo, los gestores de viajes deben recordar al personal que la exención de visa no cubre empleo remunerado ni estancias superiores a 30 días, y que los viajeros deben completar la declaración sanitaria en línea antes de partir.
Desde una perspectiva más amplia de movilidad, el gesto de China señala una renovada competencia entre los centros asiáticos para atraer de nuevo el tráfico empresarial europeo. Singapur y Corea del Sur ya cuentan con generosos programas de exención de visa; Japón está pilotando una visa para nómadas digitales. Las multinacionales con sede en Francia querrán comparar sus políticas de viaje a China con estas alternativas para mantener los costos de movilidad bajo control.
Finalmente, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido siguen excluidos de la lista de exenciones de Pekín, un hecho que algunos diplomáticos europeos interpretan discretamente como un trato preferencial hacia socios continentales en medio de las tensas relaciones entre EE. UU. y China. Por ello, las empresas francesas podrían obtener una ventaja competitiva temporal al enviar equipos de negociación a China con menos trámites que sus rivales anglosajones.










