
La migración hacia Finlandia se redujo en algo más de una décima parte en 2024, según un nuevo informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) destacado por el medio Verkkouutiset el 3 de noviembre. Esta caída pone fin a una recuperación de dos años tras la pandemia y sitúa a Finlandia entre los 13 países miembros de la OCDE —principalmente en el norte y centro de Europa— donde las llegadas disminuyeron en porcentajes de dos dígitos.
La reunificación familiar siguió siendo el principal motor de la migración permanente hacia Finlandia, mientras que las entradas patrocinadas por empleadores disminuyeron en un contexto de crecimiento económico más lento y persistente incertidumbre en el mercado laboral. En contraste, Estados Unidos experimentó un aumento del 20 % en las llegadas, evidenciando patrones regionales divergentes.
A pesar de la contracción, la inmigración total a Finlandia sigue siendo superior a la de 2019. Por ello, los demógrafos advierten contra interpretar estas cifras como una señal de cambio estructural: “Lo que vemos es una caída cíclica, no una solución demográfica”, señala el profesor Tuomas Martikainen, del Instituto de Migración de Finlandia. La rápida envejecimiento de la fuerza laboral finlandesa mantiene la escasez de habilidades en sectores como tecnología, salud y construcción.
El informe reaviva el debate sobre si las políticas gubernamentales más restrictivas en visados y permisos de residencia —introducidas en enero de 2024 y endurecidas nuevamente en mayo de 2025— están limitando involuntariamente el flujo de talento tan necesario. Los grupos empresariales argumentan que, aunque un control más estricto mejora la seguridad nacional, los largos tiempos de tramitación de los permisos laborales siguen afectando la competitividad.
Para los responsables de movilidad global, los datos subrayan la importancia de planificar con antelación: las empresas que quieran trasladar personal a Finlandia deben presentar las solicitudes de permiso de residencia con suficiente tiempo antes del inicio de los proyectos y considerar el nuevo permiso especial de tramitación rápida, que garantiza decisiones en dos semanas para profesionales altamente cualificados que cumplan los requisitos salariales.
La reunificación familiar siguió siendo el principal motor de la migración permanente hacia Finlandia, mientras que las entradas patrocinadas por empleadores disminuyeron en un contexto de crecimiento económico más lento y persistente incertidumbre en el mercado laboral. En contraste, Estados Unidos experimentó un aumento del 20 % en las llegadas, evidenciando patrones regionales divergentes.
A pesar de la contracción, la inmigración total a Finlandia sigue siendo superior a la de 2019. Por ello, los demógrafos advierten contra interpretar estas cifras como una señal de cambio estructural: “Lo que vemos es una caída cíclica, no una solución demográfica”, señala el profesor Tuomas Martikainen, del Instituto de Migración de Finlandia. La rápida envejecimiento de la fuerza laboral finlandesa mantiene la escasez de habilidades en sectores como tecnología, salud y construcción.
El informe reaviva el debate sobre si las políticas gubernamentales más restrictivas en visados y permisos de residencia —introducidas en enero de 2024 y endurecidas nuevamente en mayo de 2025— están limitando involuntariamente el flujo de talento tan necesario. Los grupos empresariales argumentan que, aunque un control más estricto mejora la seguridad nacional, los largos tiempos de tramitación de los permisos laborales siguen afectando la competitividad.
Para los responsables de movilidad global, los datos subrayan la importancia de planificar con antelación: las empresas que quieran trasladar personal a Finlandia deben presentar las solicitudes de permiso de residencia con suficiente tiempo antes del inicio de los proyectos y considerar el nuevo permiso especial de tramitación rápida, que garantiza decisiones en dos semanas para profesionales altamente cualificados que cumplan los requisitos salariales.








